Pregunta: Hubo unos cuantos Maestros espirituales que solían fumar y beber. ¿Cómo realizaron ellos a Dios?
Sri Chinmoy: Se debió a su aspiración. Los Maestros espirituales solían beber, bailar, comer carne y hacer todo tipo de cosas sin perder su altura. Para ellos el mundo era como un jardín, y ellos eran niños divinos jugando allí sin verse afectados por nada que dijeran o hicieran. Pero tienes que saber que hay una pequeña diferencia entre su aspiración y la tuya. Es como la diferencia entre tú y un árbol. Un árbol no le hace daño a nadie; es puro e inocente. Pero tú realizarás a Dios mucho antes que el árbol. Cuando se trata de llanto interno, de aspiración, una persona ordinaria no puede compararse con los grandes Maestros espirituales. Una vez que ellos comenzaban a meditar, podían continuar durante horas y perderse en su meditación.Muchos Maestros espirituales de la India tomaron arsénico y algunas veces, cuando tomaron grandes cantidades, la gente pensó que iban a suicidarse. Pero no les hizo daño. Algunos de los Yoguis tántricos llevaron tal vida de placer vital que cualquiera podría pensar que caerían inmediatamente. Pero su meditación superaba a su vida vital. Cuando están al filo de la realización, su conciencia está todo el tiempo en un mundo muy elevado y ellos no permanecen en el físico para nada, así pues realizan a Dios a pesar de su vida vital. De modo similar, algunos ocultistas meditan nueve o diez horas al día, y el resto del tiempo llevan muy mala vida. Pero la intensidad de su aspiración les brinda la realización de todos modos.
Sri Chinmoy, Las cumbres de la conciencia divina: Samadhi y Siddhi, Agni Press, 1974