Si todo eso es cierto

La belleza me dice que soy feo.La pureza me dice que soy impuro. La sinceridad me dice que no soy sincero.

Le pregunto a mi dulce Señor si todo eso es cierto.

Mi Señor me dice: “¿Cómo puedes ser feo, hijo Mío, si Mi propia Luz es tu cuerpo? ¿Cómo puedes ser impuro, hijo Mío, si Mi Divinidad es el derecho innato de tu corazón? ¿Cómo puedes no ser sincero, hijo Mío, si Yo mismo utilizo tu alma para que hable a través de tu boca?”.