El ave védica de la iluminación1
Queridas hermanas y hermanos, ofreceré siete charlas sobre los Vedas en los Seven Sister Colleges. Resulta interesante advertir que el Rig Veda mismo habla de siete hermanas especiales. Nos dice que existe una carroza divina con una sola rueda, y que esta carroza es arrastrada por un caballo con siete nombres. Siete hermanas entonan cánticos espirituales paradas frente a la carroza. Al cantar, las siete hermanas revelan el mensaje escondido de la Liberación de la vida y de la perfección de la humanidad.Siete es un número oculto. En el mundo espiritual el número siete tiene un significado muy especial. En el pasado remoto, hubo siete grandes sabios indios que vieron la Verdad, vivieron la Verdad, y se convirtieron en la Verdad.
Hay siete ríos de importancia en la India. Río significa movimiento; agua significa conciencia. El movimiento de la conciencia es un progreso continuo hacia el más remoto Más Allá.
Hay siete notas en la escala musical. Cada nota tiene en sí misma un valor especial. La música es la lengua materna de la humanidad. Dios es el Músico Supremo. Es a través de la música que podemos entrar en la armonía universal. Es a través de la música que la Belleza de Dios es manifestada en Su todo-amorosa Creación.
Hay siete colores en el arco iris. Estos colores indican los estadios de nuestra travesía espiritual hacia la Meta última. Todos sabemos que un arco iris es símbolo de buena suerte y progreso futuro. En el mundo espiritual, cada color del arco iris es el precursor de un nuevo amanecer.
Existen siete mundos superiores y siete mundos inferiores. Un ser humano aspirante entra en uno de los siete mundos superiores y progresa en la vida interna. Como un ave, su conciencia aspirante viaja de un mundo a otro, hasta que finalmente se encuentra en el séptimo mundo, Saccidananda, el mundo de la Existencia, Conciencia y Dicha. Allí deviene consciente e inseparablemente uno con el Piloto Supremo. Pero cuando un ser humano deliberada y conscientemente hace cosas malas, cosas infames, se ve obligado a entrar en uno de los siete mundos inferiores, que son los mundos de oscuridad, esclavitud e ignorancia.
La Madre India es un árbol aspirante. Este árbol aspirante tiene a los Vedas como única raíz. La raíz es la Verdad, el árbol es la Verdad, la experiencia del árbol es la Verdad, la realización del árbol es la Verdad, la revelación del árbol es la Verdad, la manifestación del árbol es la Verdad.
Los videntes védicos vieron la Verdad con sus almas, en sus visiones Celestiales y en sus acciones terrenales.
  Sólo la Verdad triunfa, no la falsedad."
Las enseñanzas védicas son universales. En el Yajur Veda observamos claramente que las enseñanzas de los Vedas son para todos –los Brahmins, los Kshatriyas, los Vaishyas, los Sudras, e incluso los Chandalas, que son los degradados y los abandonados. Tanto los hombres como las mujeres pueden estudiar los Vedas. Dios es para todos. Los Vedas son para todos. En la iglesia védica nadie es superior, nadie es inferior; todos son iguales, todos son hijos de Dios. Estos hijos de Dios pueden vivir en el corazón de la Verdad y convertirse en el orgullo verdadero de Dios.
Cada vidente védico es un poeta y un profeta. En el caso de un poeta ordinario, sus poemas se basan muy a menudo en la imaginación. La imaginación da nacimiento a su poesía. En el caso de los poetas védicos, fue la intuición lo que dio a luz sus poemas. Esta intuición es el conocimiento directo de la Verdad. En cuanto al profeta, muy a menudo vemos que la profecía de un profeta ordinario se basa en una especie de misterio desconocido. Pero en el caso de los profetas védicos, no fue así. Sus profecías se basaron en su conocimiento completo y consciente de la Verdad directa e inmediata. Ellos simplemente hicieron emerger esta Verdad dinámica para que operase en la manifestación cósmica.
El mundo de hoy cree que la mente puede ofrecer la experiencia más elevada posible de la realidad. Los videntes védicos le dieron a la mente su debida importancia. Pero nunca consideraron la mente como la fuente de la experiencia más elevada posible de la realidad.
Los Vedas tienen la sabiduría eterna. Es para nosotros. Los Vedas están más que dispuestos a iluminarnos si nos atrevemos a escuchar su mensaje.
  Prestad atención, hijos de la inmortalidad."
Cuando vivimos en la mente y no queremos salir de los confines de la mente, quedamos atados en los impedimentos del cuerpo. Permanecemos en cautiverio. Sólo la Luz desde dentro y la guía desde arriba nos pueden liberar de la fecunda ignorancia que nos ha envuelto. Cuando vivimos en la mente, vivimos en la trama de la forma. Cuando vivimos en el alma, entramos en lo sin-forma y finalmente vamos más allá tanto de la forma como de lo sin-forma. Nos convertimos, en ese momento, en el alma individual universalizada y en el Alma Universal individualizada.
El mundo externo es sinónimo de la mente. El mundo interno es sinónimo del corazón. El mundo del eterno Más Allá es sinónimo del alma. El mundo externo tiene pasado, presente y futuro. El mundo interno tiene el futuro radiante y colmador. El mundo del Más Allá tiene sólo el eterno Ahora. Cuando vivimos en el mundo externo, el ‘yo’ ignorante nos destruye. Cuando vivimos en el mundo interno, el ‘yo’ iluminado nos satisface. Cuando vivimos en el mundo del Más Allá, el ‘Yo’ Infinito afectuosamente nos encarna, nos revela y nos colma. Cuando vivimos en la mente, no podemos ir más allá del juicio del destino. Nuestra voluntad humana está a los pies del destino. Cuando vivimos en el alma, tenemos libre albedrío. Este libre albedrío es la Voluntad del Supremo. Es la voluntad del alma, que constantemente se identifica con la Voluntad del infinito Más Allá.
Ya sea que los demás lo crean o no, los amantes de los Vedas saben perfectamente bien que los Vedas son una significativa contribución al mundo de la literatura. Estas sublimes escrituras literarias no son solamente de interés nacional, pues tienen inspiración internacional y aspiración universal. Precisamente porque son internacionales y universales, fascinan e iluminan a los buscadores sinceros en diferentes países en todos los tiempos.
Los mantras védicos, o encantamientos, nos ayudan a desarrollar la fuerza de voluntad en medida ilimitada. Incluso aunque no nos tomemos el trabajo de aprender y repetir los mantras, sólo con estudiar los Vedas devotamente cultivamos cierta fuerza de voluntad. La pregunta primordial es cómo vamos a usar esta fuerza de voluntad: para dominar al mundo, o para servir a Dios en el universo. Si vivimos en el cuerpo, para satisfacer los placeres del cuerpo, querremos dominar el mundo. Pero si vivimos en el alma para la transformación y la iluminación del cuerpo, entonces serviremos a Dios, amaremos al hombre y colmaremos tanto a Dios como al hombre.
Decir que los Vedas están peligrosamente infectados de ascetismo y alejamiento del mundo es traicionar nuestra propia ignorancia. Los Vedas son divinamente prácticos y su mensaje es de un valor práctico constante. No hace falta decir que muchos de los videntes védicos eran cabezas de familia, y la mayoría de sus alumnos, al final de su formación, regresaban a casa y se convertían en hombres de familia. Los profesores en los videntes enseñaron a sus estudiantes el secreto de la vida eterna y no el secreto de la muerte interminable, el cual aprendemos de algunos de los profesores de la ciencia amantes de la destrucción.
Los Vedas no encarnan depresión, represión, automortificación, conciencia del pecado o conciencia del infierno. Los Vedas encarnan la labor divina de la vida terrenal y la belleza siempre-creciente de la vida celestial. Los videntes védicos aceptaron el corazón de la vida para fundar la Realidad última sobre la tierra. Los videntes védicos aceptaron el cuerpo de la muerte para llevarlo a la tierra de la Inmortalidad. Gustaron de la inspiración de la mente clara. Amaron la aspiración del corazón puro. Se convirtieron en la realización del alma segura.
TV 1-es. Wellesley College, Wellesley, Massachusetts, 14 noviembre 1972↩