La conciencia radiante de la verdad védica2

En los tiempos védicos las personas vivían con la naturaleza y jugaban con la intuición. El mundo moderno vive con el árido desierto de la mente y juega con la frustración del cuerpo y la destrucción del vital. En aquellos días la vida era simple, y el acercamiento de la vida hacia la Meta era directo. Ahora, la vida del hombre es compleja, y el hombre tiene dos nombres: ‘máquina inerte’ y ‘ruido fuerte’.

La intuición espontánea fue la sabiduría del pasado. La sospecha constante es la sabiduría del presente. En la edad Védica, la gente conocía el arte divino de la auto-abnegación y la auto-dedicación así como hoy conocemos el arte humano de la auto-glorificación y la destrucción del mundo. Ellos se preocuparon primero por la auto-perfección y luego por la perfección del mundo. Nosotros no nos preocupamos para nada por la auto-perfección; sólo nos preocupamos por la perfección del mundo. Ellos estaban convencidos de que la auto-disciplina los liberaría. Nosotros sentimos que la auto-disciplina nos limitará. Ellos sabían que la auto-disciplina no era el fin, sino un medio hacia el fin, y que el fin era Ananda, el Deleite. Nosotros también sabemos que la auto-disciplina no es el fin, sino un medio hacia el fin. Pero, para nosotros, ¡ay!, el fin fatal es la auto-destrucción. Los videntes védicos necesitaban libertad. Nosotros también necesitamos libertad. Para ellos, la libertad era la dedicación de sí mismos a la Vida Divina y al siempre-trascendente Más Allá. Para nosotros, la libertad es la imposición de nuestra propia realidad-poder sobre los demás.

Existen cuatro Vedas: el Rig Veda, el Sama Veda, el Yajur Veda, y el Atharva Veda. El Rig Veda contiene 10,552 mantras. Mantra significa encantamiento o sencillamente verso. El Sama Veda tiene 1,875 mantras, el Yajur Veda tiene 2,086, y el Atharva Veda tiene 5,987. Un buen número de los versos del Rig Veda también son encontrados en los otros tres Vedas. La mayoría de los mantras en los Vedas están en forma de lúcida poesía, excepto algunos que están escritos en una prosa rítmica e invocadora del pensamiento. Los Vedas albergan la más temprana literatura poética y prosaica del alma humana buscadora, luchadora y aspirante. Quien piensa que la poesía védica es primitiva y la literatura védica insignificante, carece indudablemente de iluminación mental. ¿Cómo puede la poesía primitiva ofrecer una sabiduría tan sublime y duradera al mundo en general?

El cuerpo de la poesía védica es sencillez.
El vital de la poesía védica es sinceridad.
La mente de la poesía védica es claridad.
El corazón de la poesía védica es pureza.
El alma de la poesía védica es luminosidad.

Hay dos maneras de estudiar los Vedas. Cuando estudiamos los Vedas con la mente, somos constantemente amonestados por la estricta vigilancia de la conciencia. Cuando estudiamos los Vedas con el corazón, somos incesantemente inspirados por la fluida espontaneidad de conciencia radiante. El logro de la mente es un erudito de los Vedas. El logro del corazón es un amante de los Vedas. El erudito intenta satisfacer al mundo sin estar satisfecho él mismo. El amante alimenta al mundo con la Luz de la manifestación iluminadora y el deleite de la perfección colmadora.

Hay dos palabras en los Vedas que son tan importantes como los Vedas mismos. Estas dos palabras son satya y rta, la Verdad eterna y la Ley eterna. La Realización y la Verdad se encarnan mutuamente. La Manifestación y la Ley se colman mutuamente. Si no vivimos la Verdad, no podemos alcanzar la Meta. Si no seguimos la Ley, no podemos crecer hacia la Meta.

Los videntes védicos aceptaron las leyes de los demás no sólo con la franqueza de sus corazones, sino también con la unidad de sus almas. Ellos vieron al Uno en lo múltiple y a lo múltiple en el Uno. Para ellos, el Absoluto no era su monopolio exclusivo.

"Satyam eva jayate nanrtam
  Sólo la Verdad triunfa, no la falsedad"

Asato ma sad gamaya
Tamaso ma jyotir gamaya
Mrtyor manrtam gamaya

Condúceme de lo irreal a lo Real.
Condúceme de la oscuridad a la Luz.
Condúceme de la muerte a la Inmortalidad.

La irrealidad es falsedad, y la Realidad es Verdad. Satya es invocada por el corazón puro. Rita es invocada por el vital valiente. El amor a la Verdad nos saca de la oscuridad. El amor al orden divino nos lleva del cuerpo humano a la vida divina.


TV 2-es. Radcliffe College, Cambridge, Massachusetts, 14 noviembre 1972