¿Qué es la espiritualidad?

La espiritualidad es la universalidad de la Verdad, la Luz y el Deleite. La espiritualidad es la necesidad consciente de Dios. La espiritualidad es la oportunidad constante de realizar y probar que todos nosotros podemos ser tan grandes como Dios.

Dios es Deleite. El Deleite es el respirar del alma. Dios no quiere ver el rostro de la tristeza. Dios nos dará la infinitud en el momento en que estemos dispuestos a ofrecerle tan solo un destello del deleite de nuestra alma.

El mundo está afligido. Nosotros somos responsables de ello. Nuestros sentimientos de autointerés y autoimportancia son totalmente responsables de ello. La conciencia individual debe expandirse. El hombre necesita inspiración. El hombre necesita acción. La espiritualidad necesita al hombre. La espiritualidad necesita la realización absoluta. La espiritualidad posee el ojo interno que enlaza cada condición de la vida con la certeza interior.

El hombre puede hacer y deshacer sus condiciones externas mediante sus pensamientos espirituales. Solo para quien lleva a Dios en sus pensamientos y acciones, Dios es una Realidad viviente.

La espiritualidad posee una llave secreta que abre la Puerta de lo Divino. Esta llave es la meditación. La meditación simplifica nuestra vida externa y energiza nuestra vida interna. La meditación nos proporciona una vida natural y espontánea. Esta vida llega a ser tan natural y espontánea que no podemos respirar sin tener conciencia de nuestra divinidad.

La meditación es un regalo divino. Es la aproximación directa, pues conduce al aspirante hacia Aquel de quien ha descendido. La meditación nos dice que nuestra vida humana es algo secreto y sagrado y confirma nuestra herencia divina. La meditación nos da un nuevo ojo para ver a Dios, un nuevo oído para oír la Voz de Dios y un nuevo corazón para sentir la presencia de Dios.

La vida espiritual no es un lecho de rosas; tampoco es un lecho de espinas. Es un lecho de realidad e inevitabilidad. En mi vida espiritual veo el papel del diablo y el papel de mi Señor. Si el diablo posee la tentación, mi Señor posee la Guía. Si el diablo tiene oposición, mi Señor tiene Ayuda. Si el diablo tiene castigo, mi Señor tiene Compasión. Si el diablo me lleva al infierno, mi Señor me lleva al Cielo. Si el diablo tiene para mí la muerte, mi Señor tiene para mí la Inmortalidad.

Desde la plenitud de nuestro corazón y con lágrimas inundando nuestros ojos, debemos rezar a Dios. Debemos elevar nuestro objetivo tan alto como la realización de Dios, puesto que ese es el único propósito de nuestra existencia terrenal. Dijo Sri Ramakrishna: «Para ningún propósito ha nacido, quien teniendo el raro privilegio de haber nacido hombre, es incapaz de realizar a Dios en esta vida».

La ciencia ha logrado maravillas. No obstante, el alcance de su visión es limitado. Hay mundos más allá de los sentidos; hay misterios ocultos. La ciencia no tiene acceso a estos mundos; la ciencia nunca puede resolver estos misterios. Pero una figura espiritual puede fácilmente, con su visión interna, penetrar en estos mundos y sondear estos misterios. Y aún así, una figura espiritual es un auténtico idealista que no construye castillos en el aire sino que, mas bien, tiene sus pies firmemente plantados en la tierra.

La espiritualidad no es mera tolerancia. Ni siquiera es aceptación. Es el sentimiento de unidad universal. En nuestra vida espiritual consideramos lo Divino, no solo en términos de nuestro propio Dios sino en términos del Dios de todos. Nuestra vida espiritual establece firme y seguramente las bases de la unidad en la diversidad.

La espiritualidad no es mera hospitalidad hacia la fe de los demás en Dios. Es el reconocimiento y aceptación absolutos de su fe en Dios como propia. Difícil, pero no imposible, puesto que esta ha sido la experiencia y la práctica de todos los Maestros espirituales de todos los tiempos.

La «Verdad» ha sido el problema de los problemas en todas las épocas. La verdad vive en la experiencia. La verdad en su aspecto externo es sinceridad, veracidad e integridad. La verdad en su aspecto interno y espiritual es la visión de Dios, la realización de Dios y la manifestación de Dios. Eso que respira eternamente es la Verdad. Conmovedor del alma es el grito de nuestros videntes upanishádicos: Satyam eva jayate nanritam: «Solo la Verdad triunfa y no la falsedad». Bendita es la India por tener este como su lema, su hálito de vida, su amplio mensaje de divinidad universal.

La espiritualidad no va a encontrarse en los libros. Aunque exprimamos un libro no obtendremos espiritualidad alguna. Si queremos ser espirituales, tenemos que crecer desde dentro. Los pensamientos y las ideas preceden a los libros. La mente levanta de su letargo a los pensamientos y las ideas. La espiritualidad despierta la mente. Una persona espiritual es quien escucha los dictados de su alma y a quien el miedo no puede torturar. Las opiniones del mundo son demasiado débiles para atormentar su mente y su corazón. Ella conoce, siente y encarna esta verdad.

Por último, tengo un secreto abierto para quienes quieran emprender la vida espiritual. El secreto abierto es este: puedes cambiar tu vida. No necesitas esperar años, ni siquiera meses para este cambio. Este comienza en el momento en que te sumerges en el mar de la espiritualidad. ¡Intenta vivir la vida de la disciplina espiritual por un día, ¡un solo día! Estás destinado a triunfar.