El sistema de castas es absolutamente malo. ¿Por qué lo tienen ustedes? ¿Puede decir una sola palabra a favor de ello?

Bien, debo objetar su comentario y decirle que en este mundo no existe nada absolutamente malo. El sistema de castas ha servido y aún ahora continúa sirviendo para cierto propósito. A pesar de todas sus degeneraciones, ha sido un sistema que ha unido a las diferentes partes de la sociedad. Si tratamos de verlo como un sistema que une a las personas en lugar de dividirlas, comprenderemos mejor el valor que ha tenido durante miles de años. La sociedad fue concebida como una gran familia. Cada grupo trabajaba para hacerla funcionar de manera armoniosa. En una familia, un hermano tal vez sea un maestro espiritual, otro un ejecutivo, un tercero comerciante y el cuarto agricultor. Cada cual ayuda a la familia a su propia manera en el momento necesario. Su conocimiento combinado y la cooperación armoniosa entre ellos es lo que crea una unidad real en su vida familiar. Así fue en su origen el sistema de castas. Cada grupo tenía responsabilidades y deberes. Cada grupo trabajaba para el bien común. Lo importante es cómo fue utilizado este sistema. En su forma ideal, el sistema de castas tiene mucha verdad y valor, pero las actitudes erróneas que han penetrado en él por la ignorancia humana requieren que el sistema actual sea suplantado por algo más adecuado a una sociedad moderna y avanzada.