El hombre, en esencia…

El hombre, en esencia, no es feo. Pero le es difícil parecer bello puesto que ha perdido el contacto con su alma, con el niño que es Todo Belleza.

¿Qué es, al fin y al cabo, lo que le da a un niño su encanto y su belleza? ¿No es el resplandor del alma? Cuando ese toque se vuelve mas borroso y finalmente se pierde, se convierte en un deslucido y cauteloso adulto.