El deseo es un fuego…

El deseo es un fuego salvaje que arde y quema, y finalmente nos consume. La aspiración es un fuego resplandeciente que eleva nuestra conciencia de forma secreta y sagrada, y finalmente nos libera.

La aspiración es la sed de lo Más Alto. La aniquilación es la sed de lo más bajo.

El deseo es expectación. Sin expectación, no hay frustración. Matado el deseo, se construye la verdadera felicidad. La aspiración es entrega, y la entrega es la unidad consciente del hombre con la Voluntad de Dios.