El llanto de aspiración
La aspiración es un llanto dentro de nuestro corazón. Igual que llora un niño, sentirás también un llanto en tu corazón. Dentro de ti hay un niño vertiendo lágrimas; llorando porque quiere trascenderse. A este llanto ascendente, este llanto que se alza en el fondo de nuestro corazón, lo llamamos aspiración. Cuando aspiramos con las lágrimas de nuestro corazón, vemos que Dios está descendiendo hacia nosotros desde lo alto. El corazón está llorando y anhelando como una ardiente llama que asciende; esta llama del corazón quiere ascender más allá de la mente, por tanto está siempre elevándose. Y Dios está constantemente descendiendo con Su Gracia que fluye hacia abajo como un río. La nuestra es la llama que arde siempre hacia arriba; la Gracia de Dios, como un torrente, está descendiendo desde la Fuente. Es como el encuentro de dos personas, una que está en el primer piso y otra en el tercero. ¿Qué sucede entonces? Nosotros subimos al segundo piso y Dios baja, y allí nos encontramos y nos colmamos mutuamente. Cuando la aspiración y la Gracia se encuentran, llegamos a experimentar la divina plenitud de la unión con Dios.Con la aspiración comenzamos nuestro viaje y con la aspiración continuamos nuestro viaje. Puesto que no hay final para nuestra travesía, y puesto que Dios es infinito, eterno e inmortal, nuestra aspiración fluirá constantemente hacia la Infinitud, la Eternidad y la Inmortalidad de Dios. La aspiración es el camino sin fin que conduce eternamente hacia el Más Allá que no deja de trascenderse.
Sri Chinmoy, Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975