Pregunta: Cuando comencé a meditar a las tres de la mañana, al principio solía tener muy buenas meditaciones y estaba muy inspirada, pero al cabo de pocos días ya no tenía la misma inspiración y se me hizo muy difícil.
Sri Chinmoy: Cuando comenzamos algo por primera vez, obtenemos inspiración; todo lo que es nuevo nos proporciona tremenda inspiración, precisamente porque es algo nuevo. Pero si continuamos haciéndolo, no tenemos el mismo entusiasmo, el mismo ímpetu, la misma inspiración. Queremos obtener algo muy profundo, muy elevado y sublime, algo muy iluminador, de nuestra meditación por la mañana temprano. Somos como un corredor de larga distancia. Cuando suena el disparo de salida está realmente inspirado y empieza a correr muy rápido. Pero después de dos o tres millas está muy cansado; correr se hace tedioso y difícil. Ahora bien, si deja de correr simplemente porque está cansado y porque su inspiración ha desaparecido, no va a alcanzar la meta. Pero si continúa corriendo, finalmente llegará la meta; entonces, sin duda, sentirá que valió la pena la lucha y el sufrimiento del cuerpo.Así es también en la vida espiritual. Cuando comienzas tu viaje a las tres de la mañana, siente que mañana es la continuación de esta jornada; no lo veas como un nuevo comienzo. Cada día habrás recorrido una milla más. Yendo paso a paso alcanzas la Meta.
Para poder mantener el mismo nivel de meditación, tienes que estar muy avanzado espiritualmente; no estoy echándote un jarro agua fría; ni mucho menos. Deseo decir que al principio deberías estar muy feliz si de vez en cuando tienes una meditación muy buena, muy elevada y sublime. Cuando no tengas una buena meditación, no te dejes ser víctima de la frustración. Si te frustras, estás perdiendo tu capacidad aún en mayor medida. Entonces, al día siguiente, a esa misma hora también, te será imposible meditar profundamente.
Si no tienes una buena meditación hoy, procura olvidarte de ello. Mañana, si tienes una meditación un poco mejor, procura recordarla. El pasado es polvo. El pasado no te ha dado la realización, por eso estás todavía rezando y meditando. Por lo tanto, ¿por qué deberías pensar en el pasado? Tienes que olvidar todo lo que no te inspiró o te animó a ir más lejos; entonces, si la meditación de hoy no te inspiró o no te dio resultados muy satisfactorios, trata de olvidarlo.
Tienes aspiración y luego la pierdes; entonces imploras por ella pero quizás no recuperes la misma aspiración. En este caso, debes comprender que no eres un experto en la meditación. Ahora mismo tu meditación está a merced de tu inspiración o aspiración. Cuando estás inspirado tienes aspiración y estás listo para meditar; pero esa aspiración, esa urgencia interna, solo durará un día o unas pocas semanas y luego desaparece. Cuando seas un experto, la meditación estará a tu disposición.
¿Cómo podemos llegar a ser expertos en algo? Si queremos llegar a ser cantantes o poetas o bailarines, tenemos que practicar diariamente. Lo mismo pasa con la meditación. Cuando la practicamos diariamente, llega un momento en que se vuelve espontánea. Si meditamos con regularidad una o dos veces al día, desarrollamos una especie de hábito interno. Después de algún tiempo, a tal y tal hora, nos sentiremos obligados a meditar. Sentiremos que la meditación es la necesidad de nuestra alma y que el impulso interno para meditar nunca podrá abandonarnos; siempre nos inspirará y nos energizará. Temprano, cada mañana, a la hora de nuestra meditación, nuestro ser interno vendrá y llamará a la puerta de nuestro corazón.