La trascendencia del sexo
No trates de suprimir el sexo. Con tu sabiduría interna, tu experiencia interna y tu luz interna, el sexo puede ser y tiene que ser trascendido. Pero el sexo no puede ser conquistado si luchamos en su contra, si lo forzamos o lo suprimimos. La manera más sencilla de trascender algo es no prestarle atención, sentir que es innecesario. Si piensas que es necesario, entonces vendrá a tentarte y sentirás que estás atrapado. Si quieres conquistar tus deseos, solo hay una cosa que hacer; tienes que prestar mayor atención a la luz, de un modo positivo. ¡Pero no por todos los medios! Si tratas de subyugar tus impulsos vitales de cualquier manera represivo, nunca podrás conquistar esa necesidad física. Debes abrirte hacia la luz y alcanzar o sentir la luz dentro de ti. Si piensas constantemente en tus deseos, en tu vital, en tu vida sexual, nunca podrás conquistarlos. Es imposible. Incluso si quieres pensar en ellos con miras a conquistarlos, estás cometiendo un error. En lugar de eso, piensa en las otras cosas —la luz, la alegría— que necesitas y que realmente quieres. Por medio de la concentración y la meditación puedes tener alegría interna y luz interna. Intentarás llevarlas a tu tosco ser físico y este también sentirá la alegría divina y la luz divina. En ese momento, la vida del destructivo placer te abandonará y la vida de la colmadora alegría te abrazará.
Sri Chinmoy, Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior)., Agni Press, 1975