Pregunta: ¿Podría explicar la diferencia entre dependencia y entrega?
Sri Chinmoy: En la entrega real sentimos que nuestra parte más oscura se está rindiendo a nuestra parte más brillante; nuestra parte apagada se está rindiendo a nuestra parte plenamente iluminada. Digamos que mis pies están en la oscuridad y mi cabeza está en la luz. Los pies están rindiéndose a la cabeza, sabiendo perfectamente bien que tanto los pies como la cabeza son partes del mismo cuerpo. Esta es la entrega de unidad. Uno se adentra en la entrega sabiendo bien que la parte más brillante es igualmente suya. Tenemos que saber qué clase de dependencia tiene un buscador. Algunas personas son astutas; dependen de un Maestro espiritual o de alguna autoridad superior, pero solo con un motivo tras su dependencia. Sin embargo hay otro tipo de dependencia: la dependencia de un niño. Un niño inocente siente que su padre y su madre harán todo por él. Él se siente impotente. Tiene la sincera convicción interna de que no puede moverse ni un ápice o hacer algo sin la ayuda de su madre, así que consigue la ayuda de su madre. Para tener verdadera dependencia, uno tiene que sentir que sin la divina Gracia del Supremo está desesperado. Esta clase de dependencia nos ayuda inmensamente. Algunos de mis discípulos sienten que si me abandonan tan siquiera un día, estarán totalmente perdidos, como niños en el desierto. Quienes tienen esa clase de sentimiento sincero harán un progreso real. Son dependientes, pero no son como mendigos. Dependen de la luz superior. Cuando dependen de mí, sienten que están dependiendo de algo superior que les pertenece. Si tenemos libre acceso a ese plano superior y sentimos que el plano superior también es nuestro, naturalmente podemos depender del plano superior. En ese sentido, la dependencia es muy buena. De otro modo, la mayor parte del tiempo las personas mienten cuando dicen que dependen de la Voluntad de Dios o que dependen de la voluntad del Maestro. Diciendo esto solo intentan atraer la atención de otros discípulos. Dicen: «Oh, ¿el Maestro ha dicho que se haga? Entonces lo haremos». Sin embargo, interiormente, doscientas veces han rehusado hacerlo. Exteriormente quizá lo hagan, pero con la mayor desgana interna. Por tanto, este tipo de dependencia no es buena para nada. Si tu dependencia es absolutamente sincera, si sientes que sin la ayuda del Supremo no puedes respirar, eso es entrega. Cuando inhalas, dependes de tu aliento de vida. Si tu aliento de vida desaparece, no existes. De un modo similar, si puedes sentir que estás dependiendo totalmente de la Voluntad del Supremo, la cual es mucho más importante que tu aliento de vida, esta dependencia es verdadera entrega.
Sri Chinmoy, Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975