Vida

La vida es amor.
El amor es vida.
La vida colma a Dios a través del amor.
El amor colma a Dios en la vida.

La vida tiene una puerta interior. La aspiración abre esta puerta. El deseo la cierra. La aspiración abre la puerta desde dentro. El deseo la cierra desde fuera.

La Vida tiene una lámpara interior. Esta lámpara es llamada aspiración. Y cuando mantenemos nuestra aspiración encendida, sin falta, trasmitirá su brillo fulgurante a toda la creación de Dios.

La vida tiene una Voz interior. Esta Voz es la Luz del Supremo. La vida es protección, la vida es perfección, la vida es plenitud cuando nos abrimos a esta Luz del Supremo.

Dios está en la Vida. Pero la Vida debe despertar a la Luz de Su Presencia, a Sus Pies Trascendentales.

Cada día es la renovación de la vida. Cada día es el renacer de nuestra certeza interior de que todo individuo es el instrumento elegido por el Supremo para revelar y colmar al Divino infinito aquí, en la tierra.

La vida que va hacia fuera, no encuentra sino problemas, tortura, miseria y frustración. La vida que fluye hacia dentro descubre el Océano de paz y deleite.

Para iluminar nuestra vida necesitamos pensamientos puros. Cada pensamiento puro es más precioso que todos los diamantes del mundo, ya que el Respirar de Dios reside sólo en los pensamientos puros del hombre.

¿Cómo empezar el viaje interior de la vida? Con la idea simple, el pensamiento espontáneo, de que la Realización de Dios es nuestro derecho innato. ¿Dónde comenzar? Aquí, desde dentro. ¿Cuándo comenzar? Ahora, antes de que nazca otro segundo.

La Vida está siempre trabajando. Está siempre activa y dinámica. Intenta ayudar al alma a completar su tarea todavía inacabada, la Misión divina. El alma necesita la ayuda de la vida para revelarse plenamente. La vida necesita la ayuda del alma para colmarse tanto física como espiritualmente.

La melancolía y el desaliento son los peores adversarios para matar la vida en toda su divina aspiración. No más tristeza, no más desaliento. Tu vida se volverá la belleza de una rosa, la canción del amanecer, la danza del crepúsculo.

El nacimiento y la muerte juegan, juegan juntos. Su juego es el juego de la armonía. Y se juega siempre en el seno infinito de la vida.