Estoy indefenso
Oh Señor Supremo, estoy indefenso. Me has dado los ojos para ver y el corazón para sentir, pero no me has dado los brazos para hacer lo necesario, para cambiar lo que veo y siento que ha de ser cambiado.Tienes a tus hijos e hijas. Tus hijos han hecho tal amistad con la impureza que me resulta imposible poner fin a esa amistad. Tus hijas han hecho tal amistad con la inseguridad que me resulta imposible poner fin a esa amistad. Y peor aún, Tus hijos no solo de manera inconsciente, sino también consciente, incluso deliberada, arrojan su veneno, su impureza en los corazones y vidas aspirantes de Tus hijas. Tus hijas consciente y deliberadamente arrojan su hormiga de inseguridad en las vidas de Tus hijos. Cuando la impureza entra en Tus hijas desde Tus hijos, la limitada pureza de Tus hijas desaparece. Cuando la inseguridad de Tus hijas entra en Tus hijos, el valor limitado de Tus hijos desaparece. Esto no quiere decir que las mujeres no tengan impureza; la tienen, pero en menor grado en comparación con Tus hijos. Y los hombres tienen inseguridad, pero menos en comparación con las mujeres.
Tus hijos sienten que la agresión —física, vital y mental— es el papel propio del hombre. La agresión del hombre destruye la mente, antes de que la mente sea consciente del ataque de la agresión. La agresión del hombre destruye su ser vital en cuanto entra en el mismo. El cuerpo del hombre es destruido en cuanto oye el nombre mismo de la agresión. El corazón del hombre es destruido en el momento mismo en que avista la agresión. Aún así, a Tus hijos les gusta la agresión, aman la agresión y se han hecho amigos inseparables de la agresión.
Tus hijas disfrutan de la frustración más que cualquier otra cosa en su vida. Están frustradas porque sus numerosos deseos no se cumplen y están frustradas porque sus deseos se cumplen. Cuando sus deseos no se cumplen, se sienten como mendigas. Cuando se cumplen, sienten que Dios está dando algo más importante a otras personas, pero como ellas han deseado y pedido las cosas equivocadas, están ahora en el mundo de la frustración. Sienten que deberían haber pedido otra cosa; deberían haber hecho una elección más adecuada. O no deberían haber deseado nada; entonces no habrían tenido frustración. Por haber pedido la cosa equivocada, se sienten desgraciadas. Por no haber pedido nada en absoluto, se sienten igualmente desgraciadas. Por otra parte, si no hubieran pedido que sus deseos se cumplieran, se habrían sentido desgraciadas. Así pues, la frustración es su suerte. Cuando tienen sus deseos cumplidos, están frustradas. Cuando no Te piden que colmes sus deseos, están frustradas también.
Todo necesita un lugar, ya sea para su seguridad o bien porque todo tiene la suprema necesidad de un lugar para descansar, de un refugio perfecto. Los hombres hallan un lugar seguro para su agresión en las mujeres; las mujeres hallan un lugar seguro, un lugar de descanso, para su frustración en los hombres. El hombre ofrece su inyección de agresión al corazón de la mujer y la mujer ofrece su inyección de frustración a la vida del hombre.
Mi Señor Supremo, estoy indefenso porque veo el torrente de impureza y el disparo del cañón de agresión de Tus hijos; estoy indefenso porque veo el rio de inseguridad y la pantera de frustración de Tus hijas. Estas desalentadoras y destructivas cualidades, mejor dicho, capacidades, de los hombres y las mujeres están destruyendo a Tus hijos e hijas justo delante de mi visión-compasión y mi realidad-realización.
Oh Señor Supremo, si te pido, te solicito, que le des más capacidad a los hombres y mujeres para que puedan superar sus deficiencias, me dices que ya les has dado la capacidad necesaria para conquistar esas fuerzas no aspirantes, desalentadoras y destructivas. Tú ya les has dado la capacidad, oh Señor Supremo, pero hazme un favor: dales más capacidad, no porque la merezcan, no porque ellos mismos sientan que la necesitan, sino porque yo me siento incapaz de ayudarlos. Lo he intentado con ellos, recé por ellos, pero no pude ayudarlos. En ese momento la debilidad era su fortaleza consciente o inconsciente. Pero llegará un día en que no tendrán debilidad de ninguna clase.
Fui el inspirador, fui el servidor, fui el amante de esta nueva visión que conlleva el poder de cambiar la faz del mundo. Visión sin poder no es visión. ¿De que sirve ver cuando no puedes cambiar? Por otra parte, ¿qué vas a cambiar si no ves lo que tienes que cambiar? Es bueno ver, es mejor cambiar, y lo mejor, una vez que has hecho el cambio, es prolongar ese cambio, esa perfección, indefinidamente y eternamente.
Mi Señor Supremo, Tú me has dado la visión para ver Tu creación tal como es. Pero da un paso más y concédeme la capacidad y el poder de cambiar la faz del mundo y colmarte a Tu propia manera.
Mi Señor Supremo, esta es la manera en que un aspecto de mí ha visto tu creación. Pero el amante en mí observa Tu creación de un modo diferente. Dado que Tú has creado el mundo, dado que es Tu creación, soy uno al cien por cien con las debilidades de Tus hijos e hijas, con la preocupación de mi corazón amoroso, el latido de mi vida de servicio y la belleza de mi alma iluminadora.
12:45 14 de julio, 1977 Centro Sri Chinmoy Jamaica, Nueva York