Desobediencia y penalización
Desobediencia y penalización: ¿son amigos inseparables? Sí, lo son. Nuestra madre Eva desobedeció y nuestro padre Adán desobedeció. Desobedecieron una vez, solo una vez, pero se vieron forzados a pagar una severa penalización, y la pagaron. Ay, y lo que es peor, nosotros, sus descendientes, estamos aún pagando la penalización, pagando por su desobediencia. ¿Es justo? Quizá lo es; quizá no lo es. A los ojos de la humanidad, la penalización fue, es y sigue siendo insoportable. En el Ojo de la Divinidad, esta penalización es más que insignificante si se compara con el insondable Amor, Alegría, Atención y Bendiciones que nuestros padres, Adán y Eva, recibieron de Dios antes de descender, o mejor dicho antes de caer desamparada e irremediablemente del Jardín del Edén.El viejo amigo de nuestra vieja familia fue el pecado; pero por fin hemos reunido coraje, interno y externo, para tener dos nuevos amigos: un llanto de autofrecimiento y una sonrisa que deviene en Dios.
15:20 17 de julio, 1977 En tránsito de Jamaica, Nueva York a Washington, D.C.
Sri Chinmoy, Aspiración-Everest. Vol.3, Agni Press, 1977