Novedad

Ayer te encontré. Hoy te veo por segunda vez. Eso quiere decir que ya te conozco, que ya no eres un extraño para mí. Te has vuelto mi amigo; tú y yo nos hemos vuelto viejos amigos. Tu edad ha aumentado y la mía también.

Ayer vi algo por primera vez. Hoy lo veo por segunda vez. Eso significa que esa cosa ha envejecido. Ayer sentí algo por primera vez. Hoy estoy sintiendo esa misma cosa. Ayer comí algo por primera vez. Hoy estoy comiendo lo mismo. Eso significa que mi experiencia ha envejecido. Ha dejado de ser algo nuevo.

Todo lo que veo por segunda vez, todo lo que hago por segunda vez, todo lo que siento por segunda vez es automáticamente viejo. Y esa misma cosa, esa misma persona, sentirá lo mismo de mí –que he envejecido.

¿Hay algo que nunca pueda ser viejo? Sí, lo hay: el llanto interno de mi corazón. Este llanto interno siempre es nuevo. Cada día asume una nueva forma de oración, una nueva forma de concentración, una nueva forma de meditación. Cada día consigue algo nuevo de Dios. Te preguntarás tal vez, cómo es posible que tu oración o tu meditación sean nuevas, si rezas todos los días. Pero quiero decirte que no sólo es posible sino además inevitable.

Tal vez pienses que la Paz, la Luz, el Deleite, el Poder y algunos otros atributos de Dios, son todo lo que hay. Pero quiero decirte que no es cierto. Dios es infinito y Sus atributos son infinitos. Así pues, puedes fácilmente tener variedad infinita en tu oración, tu concentración y tu meditación. Cada oración puede fácilmente ser nueva. Cada concentración puede fácilmente ser nueva. Cada meditación puede fácilmente ser nueva.

La oración desafía a la edad. La concentración desafía a la edad. La meditación desafía a la edad. Nuestro llanto interno es la madre y el padre de nuestra oración, concentración y meditación, por tanto, hagamos amistad con este llanto interno. Dejemos que nuestro cuerpo, vital, mente y corazón entablen amistad con este llanto interno. Con este llanto interno, toda nuestra existencia, externa e interna, se convertirá en una realidad-existencia siempre nueva y un Sueño de Dios siempre nuevo, siempre colmador, en nosotros y a través de nosotros.

17:00
20 de julio, 1977
Centro Sri Chinmoy
Jamaica, New York