The inner freedom

Fairfield University, Fairfield, Connecticut
8 de abril de 1970

La libertad externa es ver lo que deberíamos. La libertad interna es ser lo que debemos. Lo que deberíamos ver es el rostro dorado de la Verdad. Lo que debemos ser es la vida fluente de la Visión de Dios y el Hálito resplandeciente de la Realidad de Dios.

La madre de la libertad es la Luz. El padre de la libertad es la Verdad. La esposa de la libertad es la Paz. El hijo de la libertad es el Valor. La hija de la libertad es la Fe.

La libertad suena donde la Luz brilla. La libertad suena cuando la Verdad canta. La libertad suena si la Paz se expande. La libertad suena porque el Valor lo demanda. La libertad suena, por consiguiente la Fe florece.

Somebody said, "When there's more freedom for mankind, the women will have it." This deplorable statement fails to breathe in the inner world. In the inner world, woman and man have equal freedom to cherish the mind's inspiration, the heart's aspiration and the soul's realisation. Furthermore, inspiration is woman; aspiration is man; and realisation is man and woman both.

Luchamos por la libertad externa. Clamamos por la libertad interna. Con la libertad externa vemos y gobernamos las cuatro esquinas del globo. Con la libertad interna vemos el Alma y devenimos en la Meta del universo entero.

La libertad verdadera no consiste en criticar al mundo o criticar a un individuo o individuos. Asimismo, la libertad verdadera no se halla en meramente apreciar y admirar el mundo o la humanidad en su conjunto. La libertad verdadera únicamente se halla en nuestra unidad inseparable con el llanto interno del mundo y su sonrisa externa. El llanto interno del mundo es Dios-la-Realización; la sonrisa externa del mundo es Dios-la-Manifestación.

La libertad es expresiva. Esto es lo que me dice el cuerpo. La libertad es explosiva. Esto es lo que me dice el vital. La libertad es costosa. Esto es lo que me dice la mente. La libertad es iluminadora. Esto es lo que me dice el corazón. La libertad es colmadora. Esto es lo que me dice el alma.

Mi libertad externa es a menudo mi obligación autoimpuesta y autoagrandada. Mi libertad interna es el derecho innato de mi eterna aspiración y mi infinita realización.

La pregunta capital es si la libertad interna y la libertad externa pueden correr o no la una junto a la otra. Ciertamente pueden; ciertamente deben. La libertad interna sabe lo que tiene y lo que es: la realización. La libertad externa debe saber lo que quiere y lo que necesita: la transformación.

Cuando la libertad de mi vida externa es transformada profundamente y sin reservas, se convierte inmediatamente en el poder más poderoso y en el orgullo más alto de la libertad de mi vida interna.

Mi libertad externa es la barca de mi vida. Mi libertad interna es el mar de mi vida. Mi Dios es mi Piloto Supremo. Hoy soy el alma buscadora y clamorosa de mi viaje. Mañana seré la Meta iluminadora y colmadora de mi viaje.

Mi alma de libertad es la compasiva y constante necesidad de mi Dios. Mi meta de libertad es la sonriente y danzante Seguridad Trascendental de mi Dios permanentemente colmada.