308. Acudo a Dios dos veces al día

Acudo a Dios dos veces al día.
Por la mañana acudo a mi Amado Supremo
con la entrega de una pelota de tenis.
Él me dice que estoy en mi camino a la perfección.

Al atardecer acudo a mi Amado Supremo
con una cesta de flores de gratitud.
Él me dice que soy todo perfección.