83.

Mi Señor, al fin y al cabo soy un ser humano.
De vez en cuando tengo que estar también del lado de los seres humanos.

“Mi niño, ponte de su lado tantas veces como quieras.
Yo disfruto tu salvaje ignorancia y también tu amplia sabiduría.”

Mi Señor, he aquí mi pregunta.
Te hago esta pregunta de parte de mis hermanos y hermanas.
¿Por qué eres tan inaccesible?
¿Por qué no haces más fácil para mis innumerables hermanos y hermanas el llegar a realizarte?
Bien sabes cuanto les cuesta venir a Ti.
Incluso pensar en Ti es difícil para ellos.

“Mi niño, oh abogado de la humanidad, como Yo no tengo abogado, tengo que hacer de abogado de Mí mismo.
Mi niño, estoy de acuerdo contigo en que para tus innumerables hermanos es difícil subir hasta Mí, hasta Mi Altura Trascendental.
Incluso les resulta difícil pensar en Mí.

“Pero, ahora coincidirás conmigo.
¿No he bajado Yo hacia ellos precisamente porque les cuesta subir hacia Mí?
¿No he entrado en su abismal ignorancia?
¿Dónde estoy ahora?
Estoy en su aspiración ascendente.
¿Dónde estaré después?
Estaré en su realización resplandeciente.
¿Y dónde llegaré a estar por último?
Por último estaré en su manifestación colmadora.
Y, puesto que les cuesta pensar en Mí, yo pienso en ellos constantemente.
Oh abogado de la humanidad, ¿estás de acuerdo conmigo?”

Oh Salvación de la humanidad.
Ahora sé porque digo que Vos sois Grande y Vos sois Benévolo.