Pregunta: ¿Por qué es la mente tan difícil de entregar?
Sri Chinmoy: La mente humana ha hecho amistad con la ignorancia. Está en complicidad con ella. No puedes desechar la mente por completo sólo porque está en complicidad con la ladrona ignorancia. No puedes cortarte la mano izquierda sólo porque no funciona bien. El cuerpo es un instrumento, el vital es un instrumento y la mente es también un instrumento de Dios. Si no perfecciono todos estos instrumentos, no puedo ser integralmente perfecto. Dios me ha dado manos, ojos, nariz, oídos y mente, entre otras cosas. Si no utilizo mis ojos, estoy privando a Dios, porque Dios está viendo a través de mis ojos. La mente también tiene que ser perfeccionada y utilizada divinamente.Antes de que podamos utilizar la mente de manera divina, tenemos que sacarla de la ignorancia. Lo que realmente está sucediendo en nuestras vidas es que sentimos que la mente es superior a todo. Según nuestro entendimiento, la persona que tiene una mente brillante, el gigante mental, es un ser superior. Pero tenemos que conocer y aceptar las limitaciones de la mente. A menos que seamos conscientes de sus deficiencias, no intentaremos corregirlas. Seguiremos sintiendo que la mente es superior a todo, que la mente no ha hecho nada malo y que no puede hacer nada malo, que la mente es la jefa y nosotros sus obedientes servidores. Entonces estaremos siempre a merced de la mente. En un momento la mente dirá que este tipo es muy simpático; al momento siguiente dirá que es un idiota; y al momento siguiente dirá que es un criminal. La mente se contradice constantemente, y debemos bailar sobre las olas de su siempre cambiante superficie. Sólo si sentimos que nuestra mente humana actual es la imperfección en sí misma, trataremos de traer la perfección a la mente.
¿Cómo podemos entregar nuestra mente al alma o a nuestro Piloto Interno? Primero tenemos que conocer las limitaciones de la mente. No puede llevarnos muy lejos. Sólo puede crear grandes agujeros en el tejido de la realidad con su duda y sospecha. Entonces caemos en esos agujeros y perdemos nuestro sentido de la realidad. Una vez que somos conscientes de que la mente no está siendo utilizada de manera adecuada, pero que puede y debe ser utilizada para Dios, para el servicio de lo Divino, entonces habremos dado un paso adelante.
El siguiente paso es conocer lo que está oculto dentro de la mente —qué capacidades, posibilidades y potencialidades encarna ya la mente—. En la superficie, el océano es todo agitación, pero cuando observamos el fondo, el océano es todo paz y tranquilidad. De manera similar, la mente está llena de agitación, tensión y oscuridad en la superficie, pero cuando profundizamos en ella encontramos la mente iluminada, la mente intuitiva, la mente superior, etc. Estas mentes están constantemente expandiéndose, ampliándose y tratando de ayudar al tosco cuerpo físico a ver la Verdad, vivir la Verdad y devenir la Verdad. Si sabemos lo que la mente puede hacer por nosotros cuando se usa para un propósito divino, nuevamente habremos dado un paso adelante.
El siguiente paso es rendir la mente. Para conocer el secreto de la entrega de la mente, tenemos que estar seguros de la entrega del corazón. Muy a menudo, después de un arrebato de emoción sentimos que le hemos dado todo a Dios. Este arrebato emocional dura unos minutos o un día, pero no es la entrega total y absoluta del corazón. La entrega total y absoluta del corazón quiere decir unidad constante con el objeto de adoración dentro del corazón. Cuando el corazón se ha entregado realmente a Dios o al Guru, el buscador sentirá siempre unidad con el Guru o con Dios en su corazón. En ese momento el corazón se identifica totalmente con el Maestro o con el Supremo. Una vez que la entrega del corazón es completa, sentiremos que el alma ya ha logrado su identificación total con lo Absoluto dentro del corazón.
La identificación del alma y la identificación del corazón con el Supremo o con el Guru tienen infinitamente más fuerza que la sensación de separación de la mente. Dos están luchando contra uno, y estos dos son muy poderosos. ¿Por qué? Porque están conectados con lo Más Alto. El alma está conectada con lo Más Alto y siempre ha estado conectada con lo Más Alto. Y una vez que el corazón se entrega sin condiciones, también llega a conectarse conscientemente con lo Más Alto. Puesto que dos poderes divinos ya están conectados con lo Más Alto y tienen a la Fuente, al Supremo, como ayuda, ¿cómo pueden perder ante la mente? Naturalmente, el corazón y el alma vencerán.
¿Cómo puedes ayudarlos a conquistar tu mente física para que puedas ofrecérsela a Dios? Tienes que sentir durante tu meditación intensa que no tienes nada y que no eres nada más que el corazón. Siente que no tienes un cuerpo, que no tienes una mente, sino que tienes y eres sólo el corazón. Entonces siente que no tienes nada y que no eres nada más que el alma. Cuando puedas sentir que sólo eres el corazón y el alma y nada más, entonces trata de mirar en tu interior. Allí verás un vital incontrolable, que no es el vital divino sino el vital agresivo. Ve y ponte frente al vital con tu alma y con tu corazón. El vital apagado atacará inmediatamente al corazón y al alma. Pero al atacar a estos seres divinamente poderosos que están colmados de Luz divina, el vital incontrolado perderá toda su fuerza, tal como mi mano se rompería y perdería todo su poder si golpeara repetidamente una pared con toda su fuerza. Entonces tendrá que rendirse a la luz del corazón y del alma.
También verás el físico apagado que no te permite entregarte. Allí nuevamente debes ir y ponerte con la luz de tu alma y la luz de tu corazón. La burda conciencia física también comenzará a golpear al corazón y al alma, y también perderá todo su poder oscuro y limitado de esta manera, y se rendirá al corazón y al alma.
Ahora también la mente ha de ser conquistada. ¿Dónde está la mente? Sentiremos la presencia de la mente dondequiera que haya contradicción, limitación, duda, ya que este es el juego de la mente. Ahora te situarás delante de la mente con tu alma y tu corazón. La mente, con toda su duda, contradicción, limitación, frustración, ansiedad, tensión y todo lo demás, atacará sin piedad al corazón y al alma. Pero también ella perderá de este modo toda su fuerza no divina y tendrá que rendirse a la luz del corazón y del alma. Cuando alguien pierde una batalla, se rinde, y cuando se rinde, obedece la voluntad del vencedor. Así pues, cuando la mente, el vital y el físico se rinden al alma y al corazón, el alma y el corazón podrán utilizar a estos miembros de su familia para un propósito divino, para colmar lo Divino.
Comienza, pues, sintiendo que eres el alma y el corazón. Luego, confronta el vital, el físico y la mente con tu poder divino de luz. Todo tendrá que rendirse a la luz del alma y del corazón, puesto que el alma y el corazón están en comunión con lo Altísimo Absoluto.