Pregunta: Trato de impedir que mi mente divague tanto durante la meditación, pero tengo muy poco éxito.
Sri Chinmoy: No estás ejercitando la capacidad de tu corazón; sólo estás ejercitando el poder de la mente. Muy a menudo, cuando me concentro en ti, veo que tu mente está girando como una rueda. Cuando la mente gira, es muy difícil para el Supremo actuar en tu mente. Pero cuando tu corazón aspira aunque solo sea por un segundo, el Supremo te abre la puerta. Hace unos meses, cuando iba a Washington en autobús, tres veces mientras me concentraba en ti vi tu corazón completamente abierto. Estabas recibiendo todas las bendiciones del Supremo: Luz, Paz, Dicha. Pero poco después de eso, comenzaste a intentar aspirar con tu mente y, en el momento en que comenzaste, desapareciste, te desvaneciste totalmente de mi conciencia. De ahora en adelante, por favor, trata de sentir que no tienes mente en absoluto. Cuando sientes que no tienes mente, no significa que seas un bruto o un animal. ¡No! La mente no es necesaria porque tienes un arma superior llamada corazón. Si puedes permanecer en tu corazón, aunque sea durante cinco minutos, aunque no reces ni medites, tu conciencia se elevará. El corazón es tu morada, no la mente. Si permaneces en el corazón, sentirás paz, luz y todo lo que necesitas. El corazón es como una fuente de paz, alegría y amor. Puedes sentarte al pie de la fuente y simplemente disfrutar. No hay necesidad de rezarle al Supremo para que te dé esto, aquello o cualquier otra cosa, pues obtendrás todas las cosas que deseas e infinitamente más de esta fuente. Pero las obtendrás de la manera en que el Supremo quiera dártelas. Si puedes complacer al Supremo permaneciendo siempre en la presencia de esta fuente, verás que tus deseos se cumplen de la manera más luminosa. Pueden ser los mismos deseos que siempre has tenido, pero serán tocados a un nivel muy elevado con luminosidad. Antes de que se cumplan, el Supremo transformará cada deseo en aspiración con Su Luz. Cuando Dios transforme tus deseos en aspiración, verás que te has convertido en esa aspiración misma. Puedes tener esa aspiración solo en el corazón y el alma, y no en la mente. Si vas más allá de la mente, también puedes tener la misma aspiración. Pero nunca la tendrás si permaneces en la mente. La mente es realmente una densa selva para la mayoría de nosotros. Solo en el corazón encontraremos el mar de Paz y Dicha, y desde allí irradiará la Luz. Espero que todos meditéis en casa. Aunque no obtengáis resultados inmediatos, no os sintáis descorazonados o desanimados. Para aprobar nuestros exámenes escolares, tenemos que estudiar durante años. Pero la meditación es el examen de nuestro cuerpo, vital, mente, corazón y alma. Cuando aprobamos este examen, lo hemos aprendido todo, mientras que para el examen escolar sólo necesitamos un conocimiento muy limitado. Para este vasto conocimiento interior tenemos que estudiar. Nuestro estudio es nuestra oración y meditación sinceras. La sinceridad juega un papel muy importante. Si meditamos con intensa sinceridad aunque sea sólo durante dos minutos, eso es mejor que sentarnos en supuesta meditación durante dos horas pensando en nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros enemigos, nuestros trabajos o lo que sea. En la India hay aldeanas que dicen: «Meditamos seis u ocho horas todos los días. Pero Dios es tan cruel que nunca escucha nuestras oraciones». Pero, ¿qué hacen realmente? Comienzan la meditación y luego empiezan a pensar en su vaca. La vaca está pastando y se preguntan si estará entrando en el campo de otro y la van a golpear. Sus mentes están vagando por el mundo de la imaginación y luego dicen: «He meditado durante tantas horas». Pero, ¿cuántas veces pensaron en Dios, y mucho menos sintieron la Presencia de Dios en su corazón? Todo el tiempo pronunciaban el Nombre de Dios, pero estaban pensando en su vaca o en alguna otra cosa trivial. ¿Qué tipo de resultado puede alguien esperar de este tipo de meditación? Si podemos permanecer durante cinco minutos sin ningún pensamiento en nuestras mentes, divino o no divino, bueno o malo, entonces obtenemos inmediatamente el reflejo de nuestra alma. El alma representa nuestra perfección divina tanto en nuestra vida exterior como en nuestra vida interior. A través de la meditación pura sin pensamientos, llegamos a ser capaces de reflejar nuestra divinidad interior.
Sri Chinmoy, Mente de confusión y corazón de iluminación, vol. 2, Agni Press, 1974