La existencia, la no-existencia y el origen10

Sat y asat son dos términos en la filosofía india con los que nos cruzamos a menudo. Sat significa ‘existencia’, y asat significa ‘no-existencia’. La existencia es algo que deviene, crece y colma. La no-existencia es algo que niega su propia realidad y su propia divinidad. La existencia está por doquier, pero la existencia sólo tiene su valor o su significado cuando la divinidad es visible en ella. Si la divinidad no adquiere importancia en la existencia, entonces esa existencia es inútil. La divinidad es el soplo de vida de la existencia. La divinidad colma nuestra conciencia aspirante y revela nuestra propia inmortalidad aquí en la tierra, sólo cuando vemos la divinidad como algo infinito y eterno.

La existencia es apreciada por la conciencia aspirante y por la propia Realidad más elevada de Dios. La realidad y la existencia tienen que ir juntas. La realidad sin la existencia es un imposible, y la existencia sin la realidad es un absurdo. La Realidad Divina y la Existencia Divina siempre van juntas.

La existencia se expresa sólo a través de la Verdad. Esta Verdad conquista todo lo que es falsedad. La consigna de la India, Satyam eva jayate, significa ‘Sólo la Verdad triunfa’. ¿Qué es esta Verdad? Esta Verdad es a la vez la Profundidad del Corazón de Dios y la Altura de la Cabeza de Dios.

La Verdad es nuestra promesa interna. Nuestra promesa interna, la promesa del alma, es que realizaremos a Dios en esta encarnación, no por las buenas o por las malas, sino bajo la guía capaz de nuestro Maestro espiritual, pues sentimos que esto es lo que el Supremo en nuestro interior quiere. ¿Para qué? Para que podamos servirle a Su propia Manera.

La manera más elevada de percibir esta Verdad, es sentir lo siguiente: “Si Él no quiere que yo Le realice en este encarnación, sino en alguna encarnación futura, estoy completamente preparado para acatar su decisión”. Pero el buscador debe tener un sentimiento dinámico. Si tan sólo dice, “Ah, déjame desempeñar mi papel. Déjame ser amable, sincero, honrado, obediente, y cuando llegue el momento, Él lo hará todo”, entonces viene la relajación. Muy a menudo, cuando decimos, “Déjame desempeñar mi papel, y Dios se hará cargo de mi realización”, efectivamente, Dios se hace cargo de nuestra realización. Pero si sentimos que podemos llegar a estar plenamente realizados lo antes posible, entonces podemos ser de gran ayuda para Dios, entonces estamos destinados a alcanzar nuestra realización más rápidamente.

Sólo cuando tenemos Paz, Luz y Dicha, podemos prestarle verdadero servicio a la humanidad. La idea de la realización de Dios a la hora elegida por Dios debe venir desde lo más profundo de nuestro corazón, y no de nuestro conocimiento mental. Desafortunadamente, por lo general no proviene del corazón, sino que sólo proviene de la mente lista que dice, “He leído en ciertos libros y escuchado del Maestro, que si no quiero nada de Dios, entonces Dios me lo dará todo”. Es mejor orar a Dios para que te conceda paz mental y así puedas ver la Verdad en su totalidad. Pedirle a Dios paz mental no es un crimen. Si no tienes paz mental, dondequiera que estés, ya sea en el metro, en el campo, o en Times Square, no habrá ningún Dios allí para ti. Dios nos ha dado algo de inteligencia. Si en la mañana dices, “Dios, de Ti depende si he de comer o no. Yo sencillamente me quedaré aquí en cama”, Dios no va a poner la comida en tu boca. No, Dios te ha dado la inteligencia necesaria para saber que tienes que hacer un cierto esfuerzo. Tienes que salir de la cama, tomar una ducha y comer por tu propio esfuerzo.

En la vida interna, si quieres pureza, humildad, paz mental, y otras cualidades divinas, entonces tienes que hacer un esfuerzo para obtenerlas. Es cierto que si no rezas a Dios por nada en especial, entonces Él te lo dará todo, pero esta verdad debe ser entendida en su forma más elevada. Si no rezas a Dios, o aspiras por la realización de Dios, o siquiera piensas en Dios, ¿ cómo esperas entonces que Dios te lo dé todo? Él te lo dará todo en virtud de tu fe absoluta en Él combinada con tu sincero llanto interno.

Los Upanishads provienen de los Vedas. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre los dones que recibimos de los Vedas y los dones que recibimos de los Upanishads? Los Vedas son como un depósito –allí está todo, pero no está guardado en orden adecuado. Además, hay allí unas cuantas cosas que carecen de importancia para el mundo moderno, para la vida del día de hoy, para seres humanos evolucionados, para la mente inteligente o desarrollada. Los Upanishads acuden a nuestro socorro. Ellos toman la inspiración y la aspiración de los Vedas, pero tienen su propia originalidad. Todo lo que es bueno en los Vedas es tomado gustosamente por los Upanishads, y ofrecido de un modo especial.

Sin los Vedas, los Upanishads no existen. Los Vedas son la fuente. Pero la riqueza de los Vedas puede ser ofrecida adecuadamente a la humanidad en general sólo a través de los Upanishads. Los Upanishads tienen la capacidad de entrar en la fuente, y la capacidad de ofrecer la riqueza iluminadora y colmadora de la fuente de una manera que puede ser aceptada y entendida por la humanidad en su conjunto. Son el fin o la crema de los Vedas; son llamados Vedanta. En el plano mental, en el plano espiritual, en el plano psíquico, en el plano moral, todos los logros de la India provienen de la conciencia pulida, desarrollada, aspirante e iluminadora de los Upanishads.

El budismo es una forma de la filosofía Vedanta. Pero la filosofía de Buda enfatiza un aspecto especial del Vedanta. Hablamos de Buda como el Señor de la Compasión. Hablamos de la ética moral de Buda. ¿De dónde vino todo esto? Del Vedanta. Pero al expresar la verdad vedántica o upanishádica, Buda ofreció su propia luz interna de una manera específica. Es por eso que a los seres humanos ordinarios les resulta difícil creer que el Vedanta fue la fuente original de las enseñanzas de Buda.

En el mundo occidental tenemos a Pitágoras y a Platón, dos grandes filósofos. Podemos ver que la filosofía de ambos, y especialmente la de Platón, ha sido fuertemente inspirada por el pensamiento upanishádico. Desafortunadamente, la gente cree que el mundo occidental no aceptó nada de fuentes orientales, pero no es cierto. El sufismo, el misticismo emocional o psíquico de occidente también proviene de la misma fuente, los Upanishads.

El mundo ha recibido muchas cosas significativas de los Upanishads, pero desafortunadamente el mundo no quiere darle reconocimiento a la fuente. Ningún problema. Un niño toma dinero de sus padres y le dice a sus amigos que es su dinero. Los amigos de su misma edad creen que es suyo, pero los adultos dirán, “Él no trabaja. ¿De dónde puede conseguir dinero?” Ellos saben que lo ha obtenido de sus padres. Millones de personas han sido inspirados por el saber upanishádico, consciente o inconscientemente. En la India y en occidente hay muchos caminos, muchas religiones, que han tomado abundante luz de los Upanishads. Pero les resulta difícil darle crédito a la fuente.

Los Videntes upanishádicos residen en nuestro interior. Ellos no necesitan apreciación o reconocimiento alguno. ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué es lo que esperan? De los buscadores genuinos y seguidores de la verdad, lo que ellos quieren y esperan es la aplicación de la Verdad que ha sido ofrecida. Si la Verdad es aplicada en nuestra vida diaria, sin importar de dónde haya provenido, la divinidad cobrará mucha importancia en nosotros, y la divinidad le ofrecerá apreciación, admiración y glorificación a la fuente. Incluso Dios no espera o demanda nada más de nosotros siempre y cuando apliquemos la Verdad en nuestras propias vidas, de manera consciente, constante, devota, fervorosa e incondicional.


UPA 10. Universidad de Connecticut, Storrs, Connecticut, 11 febrero 1972