La canción del Infinito5

Los Vedas son las escrituras más antiguas en la biblioteca de la humanidad en consciente evolución. Para nuestra propia evolución consciente, el estímulo de Max Müller puede inspirarnos a leer los Vedas: “Tengo la convicción de que para todos aquéllos que se preocupan por sí mismos, por sus ancestros, por su historia, por su desarrollo intelectual, el estudio de la literatura védica es indispensable”.

Los Vedas encarnan visiones intuitivas, experiencias divinas y realidades iluminadoras de la vida. Desde el mar-ignorancia tenemos que entrar en el mar-conocimiento. El Rig Veda nos inspira diciendo, “Los navíos de la Verdad llevan a los hombres de buenas acciones a través del océano de ignorancia”.

La vida humana del día de hoy no es otra cosa que un desaliento sin fin. Salir de la trampa del desaliento es casi imposible. El Yajur Veda nos ofrece una solución: “Quien ve toda existencia en el Ser y el Ser en toda existencia, no cae en la trampa del malogrante y debilitador desaliento”.

Los Vedas son universales; por lo tanto, Occidente puede reclamarlos tanto como Oriente. El gran filósofo norteamericano Thoreau dijo algo sumamente significativo acerca de los Vedas: “Cualquier pasaje de los Vedas que he leído cae en mí como la luz de una luminaria más elevada y más pura, que traza un curso más sublime a través de un estrato más puro, libre de particulares, simple, universal. Los Vedas contienen una sensible descripción de Dios”. Indudablemente es así.

The firm belief of Sir William Jones is challenging and at the same time illumining:
La firme creencia de Sir William Jones es desafiante y al mismo tiempo iluminadora: “Puedo aventurarme a afirmar, sin la intención de cortar ni una hoja de los inmarcesibles laureles de nuestro inmortal Newton, que la totalidad de su teología, y parte de su filosofía, puede encontrarse en los Vedas”.

El mandamiento védico para el físico humano es saucam. Saucam significa ‘pureza’ –pureza en el cuerpo y pureza del cuerpo. Sin la pureza del cuerpo, nada divino en nosotros puede expandirse; nada divino en nosotros puede ser permanente.

El mandamiento védico para el vital humano es ahimsa. Ahimsa significa ‘no-violencia’ –la no-violencia en el vital y la no-violencia del vital. Es de la no-violencia de donde el hombre obtiene su mayor oportunidad para sentir que no pertenece a una pequeña familia, sino a la familia más grande de todas: el universo. La filosofía india de la no-violencia fue puesta en práctica en primer lugar por el compasivo Señor Buddha y sus seguidores, y por el Señor Mahavir y los seguidores del Jainismo. La no-violencia de Gandhi fue un regalo sumamente precioso para la humanidad de hoy amante de la vida.

El mandamiento védico para la mente humana es satyam. Satyam significa ‘verdad’ o ‘veracidad’. Sólo la veracidad en la mente y la veracidad de la mente pueden guiarnos hacia una vida superior, una vida de Divinidad iluminadora e Inmortalidad colmadora.

El mandamiento védico para el corazón humano es Isvarapranidhana. Isvarapranidhana significa amorosa devoción del corazón por el Señor Supremo. Cuando tenemos devoción pura y espontánea por el Señor Supremo, sentimos nuestra unidad inseparable con Él, con la Eternidad de Su Espíritu, con la Infinitud de Su Cuerpo, y con la Inmortalidad de Su Vida.

En los Vedas, el concepto de sacrificio adquiere mucha importancia. Sacrificamos a Dios lo que tenemos: la ignorancia. Dios nos sacrifica lo que Él es: la Perfección. El sacrificio de Dios es siempre incondicional. Nuestro sacrificio es en ocasiones condicional y en ocasiones incondicional. En el sacrificio condicional, luchamos y ganamos la batalla. En el sacrificio incondicional, no tenemos que luchar en absoluto, porque la Victoria ya está ganada. La Victoria es nuestro derecho de nacimiento; es para siempre nuestra.

Sacrificio es autoofrecimiento. Autoofrecimiento es autoplenitud. La autoplenitud es la manifestación del amor y la perfección de la Verdad. A través de nuestro sacrificio externo devenimos una parte divina de la Madre Tierra. A través de nuestro sacrificio interno devenimos una parte inmortal de nuestro Padre Cielo. Hacemos el sacrificio externo cuando salimos del dominio de los deseos subyugantes y entramos en el dominio de la aspiración liberadora. Hacemos el sacrificio interno cuando intentamos manifestar a Dios en el mundo de la ignorancia después de haber logrado la realización de Dios. El sacrificio externo requiere la fuerza de un héroe. El sacrificio interno requiere el poder de un ejército. Con nuestro sacrificio externo vemos la Verdad. Con nuestro sacrificio interno devenimos la Verdad.


TV 5-es. Mount Holyoke College, South Hadley, Massachusetts, 28 noviembre 1972

Sri Chinmoy, Los Vedas: Primer llamado de la Inmortalidad, Sri Chinmoy Lighthouse, New York, 1972