Señor, ¿cuándo le vino el pensamiento de que hay un Ser interior dentro de uno? Y, después de descubrir que tenía un Ser interior, ¿cómo conectó con otras personas que no eran conscientes de tener un Ser interior?

Desde mi tierna infancia, intuitivamente he sabido que existe un Ser más profundo dentro de mí. Cada uno de nosotros posee un Ser interior. Algunos son conscientes de este Ser interior y otros no. Quienes son conscientes de ello, según nuestra opinión, están desarrollados espiritualmente. Lo que hacen ellos para crear un puente entre el mundo exterior y el interior, entre el ser exterior y el interior, es mantener una llama ardiente de aspiración. Esta aspiración esta basada en el sacrificio de uno mismo, interno y externo.

Supongamos que usted ha encontrado su Ser interior y su vida interior y ha descubierto las soluciones para sus problemas internos. Pero su vecino está totalmente inconsciente de la vida interna y del mundo interno. Ahora sería sumamente difícil tener con él cualquier tipo de entendimiento interno. Él no puede venir y entrar en su conciencia, porque eso es muy difícil de hacer para una persona común. Pero si usted quiere establecer un puente con él, lo que puede hacer durante su meditación o concentración es esto: primero profundice y haga aflorar todos sus sentimientos dulces, sutiles y armoniosos desde dentro. Y luego conscientemente, durante su meditación, arrójelos en él: en su mente, en su cuerpo, en su corazón. Entonces ha creado un puente entre usted y él.

Dentro de su mundo interior está usted seguro. Su conexión con el mundo interior le ha dado una enorme confianza para arreglárselas con el mundo exterior. Ahora puede usted ir y hablar con él sobre la vida espiritual, la vida interior, la vida que le proporciona verdadera felicidad. Él puede entonces probarla por sí mismo.

Así que, primero dentro de usted mismo, igual que si regara una planta todos los días, alimente su Ser interior con la meditación. Luego, venga al mundo exterior con su manifestación creativa para formar un puente entre sus logros internos y el mundo externo, donde tendrá lugar su futura plenitud.