¿Cuán lejos estamos de la realización?
Avidyaya mrityum tirtha vidyaya amritam snute:«Por la ignorancia cruzamos a través de la muerte, por el conocimiento alcanzamos la Inmortalidad». Esta es ciertamente una importante realización.
Realización significa la revelación de Dios en un cuerpo humano. Realización significa que el hombre mismo es Dios.
Por desgracia, el ser humano no está solo. Él tiene deseos, y los deseos poseen un tremendo poder. Sin embargo, nop consiguen proporcionarle alegría y paz duraderas. El deseo es finito. El deseo es ciego. Intenta atar al hombre, que es ilimitado por derecho innato. La Gracia de Dios, que actúa a través del hombre para la manifestación completa de Dios, es infinita.
La realización surge de la conquista de uno mismo. Crece en su unidad con Dios. Se completa abrazando a lo finito y a lo Infinito.
Nosotros somos buscadores del Supremo. Lo que necesitamos es la realización absoluta. Con una realización pequeña podemos actuar a lo sumo como un gato. Con la realización absoluta podremos amenazar a la ignorancia como un león rugiente.
En el momento en que digo «mi cuerpo», me separo del cuerpo. Este cuerpo pasa por la infancia, la niñez, la adolescencia, la madurez y la vejez. No es realmente yo. El «yo» real permanece siempre inmutable. Cuando digo que he engordado o he adelgazado, estoy hablando de que el cuerpo ha engordado o adelgazado, no del «yo» interno que es eterno e inmortal.
La realización nos dice que no existen cosas tales como la esclavitud y la libertad a las que nos referimos tan a menudo en nuestra vida cotidiana. Lo que realmente existe es la conciencia —la conciencia en varios niveles, la conciencia disfrutando de sí misma en sus variadas manifestaciones—. Mientras pensamos que estamos viviendo esclavizados por la ignorancia, somos libres de sentir que también podemos vivir en libertad, si así lo queremos. Si la esclavitud nos hace sentir que el mundo es un campo de sufrimiento, sin duda la libertad nos puede hacer sentir que el mundo no es sino la conciencia dichosa del Brahman. Pero la realización nos hace sentir Sarvam khalvidam Brahma: «todo lo que se extiende es el Brahman».
Para llegar a comprender lo que es la realización, primero tenemos que amar a nuestro Ser interno. El segundo paso es amar la realización misma. Este es el amor que despierta el alma. Este es el amor que ilumina nuestra conciencia. Ama y serás amado. Realiza y serás colmado.
La realización es nuestra lámpara interna. Si mantenemos la lámpara encendida, transmitirá su radiante resplandor al mundo en general. Todos nosotros, sin excepción, tenemos el poder de la autorrealización o, en otras palabras, la realización de Dios. Negar esta verdad es engañarnos despiadadamente.
Realizamos la Verdad no solo cuando la alegría llena nuestra mente, sino también cuando la pena nubla nuestro corazón, cuando la muerte nos da la bienvenida a su seno tenebroso, cuando la Inmortalidad pone nuestra existencia en el regazo de la transformación.
¿Cuán lejos estamos de la Realización? Podemos conocer la respuesta por el grado en que nos hemos rendido a la Voluntad de Dios. No existe otra forma de saberlo. También debemos saber que cada día en particular amanece con una nueva realización. La vida es una constante realización para aquel cuyo ojo interno está abierto.
¿Por qué queremos realizar a Dios? Queremos realizar a Dios porque conscientemente nos hemos vuelto vías a través de las cuales pueden fluir los frutos de la realización de Dios. Nuestro propio cuerpo es una máquina divina; por tanto, necesita lubricación. La realización es un lubricante divino que hace su trabajo de la manera más efectiva.
La realización puede ser lograda por la Gracia de Dios, por la gracia del Guru y por la aspiración del buscador. La Gracia de Dios es la lluvia, la gracia del Guru es la semilla, la aspiración del buscador es el acto de cultivar. ¡He aquí que la abundante cosecha es la Realización!
