II - LA PSIQUE HUMANA / 1 - El cuerpo

Mi cuerpo

Oh cuerpo mío, eres un regalo del Supremo. Inagotable potencial posees en tu interior. Malentenderte significa malentender al instrumento elegido por Dios.

Tú no quieres, no debes, ni puedes conquistar lo largo y ancho del mundo con tu fuerza física. Ofrece tu creciente corazón a los corazones lejanos y cercanos. Ofrece tu radiante alma a las almas a tu alrededor, arriba y abajo. Solo así, devienes el conquistador y poseedor del universo entero de Dios.

Oh cuerpo mío, invoca siempre a tu alma para que te guíe. ¡Invócala! Nunca te acosará la monotonía de una vida pobre en acontecimientos. Con la velocidad del rayo, tuya será la marcha incesante… arriba, hacia lo más Alto, adentro, hacia lo más Profundo, adelante, hacia lo más Lejano.

¡Canta, canta la canción del Gozo en la Inmortalidad! ¡Respira, respira el hálito de la Conciencia en la Inmortalidad! ¡Vive, vive la vida de la Existencia en la Inmortalidad! ¿Muerte? Tú no debes morir. Porque tu muerte será una gran pérdida para la humanidad y, con mucho, una mayor pérdida para la Divinidad. Lucha, ¡oh cuerpo mío!, lucha contra la ignorancia hasta el amargo final. Jamás permitas que la ignorancia envuelva tu cubierta externa. Tus denodados esfuerzos se verán coronados por el éxito.

Oh cuerpo mío, viaja próspero por la Eternidad. Que cada uno de tus años terrenales contenga un trillón de años colmadores. Dios el Soñador Eterno está soñando a través de ti, contigo. Dios la Realidad Eterna está viviendo para ti, contigo y en ti.