Pregunta: En mi meditación y mi vida espiritual, siento que estoy luchando contra el tiempo, debido a mi afán por alcanzar mi objetivo. ¿Es esta una actitud equivocada?
Sri Chinmoy: Si sientes que estás luchando contra el tiempo, quisiera decirte que estás cometiendo un deplorable error. Esta no es tu primera encarnación ni la última. Digamos que has meditado en tus encarnaciones previas; y en esta encarnación también has meditado durante un cierto número de años. Si sientes que cada momento te está conduciendo hacia tu destino, ese progreso mismo es una especie de meta parcial. No podemos separar el progreso divino, el progreso real, de nuestro objetivo. Más que pelear contra el tiempo, debemos intentar al máximo obtener beneficio espiritual, progreso espiritual, de cada segundo. Cada vez que progresamos, hemos de sentir que hemos tocado algo de la Meta misma, una diminuta porción. De esta forma, sentimos que estamos siempre avanzando.Si queremos ver o alcanzar la Meta completa, hemos de rendirnos al Tiempo eterno, al Tiempo de Dios. ¿Qué quiere decir esto? Ahora mismo sentimos que realizar a Dios en este mismo momento, en un abrir y cerrar de ojos, es nuestra propia responsabilidad. Esta es nuestra propia sensación de necesidad. Pero si sentimos que Dios necesita nuestra realización infinitamente más que nosotros mismos, vemos entonces que nuestra realización se vuelve una responsabilidad Suya. Dios toma esta responsabilidad sobre Sus hombros con suma sinceridad. Al fin y al cabo, es Él quien quiere manifestarse en nosotros y a través de nosotros. Si seguimos sin realizar, ¿cómo puede Él colmarse entonces en nosotros y a través de nosotros? Así pues, es un deber ineludible de Dios el hacer que Le realicemos. Pero hemos de saber que Él tiene Su propio momento elegido. No podemos forzar la llegada de ese momento. No podemos lograrlo de cualquier manera. La realización es Su Regalo; Él tiene que ofrecérnosla a Su Hora elegida. Por nuestra parte, únicamente tenemos que ser formales, sinceros, dedicados, devotos y entregados a Su Voluntad. Eso es lo que Él espera de nosotros —aspiración y entrega sinceras.