Preocupación

¡Preocupación! ¡Preocupación!
¿Por qué te preocupas?
Sencillamente, reza por la mañana,
    concéntrate al mediodía,
    medita al atardecer,
    contempla por la noche.
    ¡Eso es todo!
¡Mira!, tus preocupaciones están enterradas
    en el silencio del olvido.

¡Preocupación! ¡Preocupación!
¿Por qué te preocupas?
Vuélvete;
mira, Dios está mirándote.
Entra en tu mente;
mira, Dios está pensando en ti devotamente.
Entra en tu corazón;
mira, Dios es todo para ti.
Entra en tu alma;
mira, Dios ya lo ha hecho todo por ti.