Pregunta: No estoy tan receptivo como me gustaría. ¿A qué se debe eso?

Sri Chinmoy: Nuestra receptividad es mermada por las fuerzas hostiles que nos atacan. Estas pueden atacar precisamente porque nuestra consagración al Supremo no es todavía completa. A veces la mente del aspirante se rebela, a veces el vital se rebela y a veces el físico, o incluso el físico sutil, se rebelan. Si hay una apertura tal, las fuerzas hostiles pueden atacarnos.

También hay otro motivo por el cual no estamos receptivos. Mientras no estemos realmente seguros de lo que queremos verdaderamente, la vida del deseo o la vida de la aspiración, las fuerzas hostiles se interpondrán entre nuestro deseo y nuestra aspiración. La aspiración nos lleva a la meta, a la realidad, pero el deseo inmediatamente entabla amistad con nuestros enemigos. Las fuerzas hostiles están siempre alertas; tratan de dividirnos. Quieren separarnos de nuestra aspiración. ¿Qué hacen entonces? Traen el deseo y tratan de aniquilar la aspiración. Muy a menudo lo consiguen. Pero una persona espiritualmente alerta tomará la aspiración y entrará en el deseo a fin de transformarlo. Si el deseo entra en la aspiración, la aspiración es arruinada; si la aspiración entra en el deseo, el deseo es transformado.

En tu caso, si eres víctima de ataques hostiles, estos vienen principalmente por dos razones: la primera es que tu físico se está rebelando despiadadamente contra la aspiración psíquica del corazón. No puedes deshacerte permanentemente de todas tus cualidades no-divinas y negativas porque inconscientemente estás albergando pensamientos negativos. Todavía sientes que esas cualidades son satisfactorias para tu vida externa, tu vida vital. Tu aspiración interna está corriendo mucho más rápido que tu capacidad o necesidad física. El físico está constantemente haciendo el papel de un ladrón. El alma está ganando algo para ti y el físico está robándotelo y despilfarrándolo. Tú obtienes la luz desde el alma y la arrojas a todo alrededor; el físico obtiene luz pero no la utiliza para su propia iluminación.

El segundo motivo de estos ataques, en tu caso, es la incertidumbre. Seas o no consciente de ello, tienes miedo de lo Infinito. Por un lado, quieres sumergirte en el mar de la Infinitud; por otro lado, tienes un sentimiento de incertidumbre. Te preguntas qué vas a conseguir del mar de la Infinitud; debes saber que vas a conseguir la riqueza infinita de la Conciencia inmortal que permea el universo entero. Tu alma la quiere, pero tu mente física tiene miedo. Mientras haya miedo, tan siquiera una pizca de miedo en ti, las fuerzas hostiles tienen el poder de atacarte sin piedad. Si uno no tiene una aceptación o una conciencia integral de su propia meta verdadera, las fuerzas hostiles están llamadas a torturarle. Pero si no tienes miedo y estás seguro de tu objetivo, las fuerzas hostiles nunca pueden atacarte. Si puedes aceptar la Infinitud como algo que te pertenece pero que has olvidado, si puedes ver que siempre has sido esa Infinitud, entonces el miedo no aparece.