Pregunta: ¿Cuál es el valor espiritual de la tierra?
Sri Chinmoy: Quienes aceptan la vida, quienes aceptan a la Madre Tierra como algo real, sienten que tienen un deber asignado que cumplir aquí. Este deber no es otro que el de la realización consciente de Dios. Todo el mundo tiene un conocimiento inconsciente de Dios, pero un buscador llega a estar conscientemente alerta de la Presencia de Dios. Él medita en Dios, y gradualmente su propia conciencia se desarrolla hasta tal punto que siente la constante Presencia de Dios en todas partes. Siente que su deber ineludible es revelar la Presencia de Dios, la cual siente y ve con su propio corazón y sus propios ojos. Finalmente, siente que tiene que manifestar su realización de la Verdad más elevada; esta manifestación ha de tener lugar aquí en la tierra y no en otro sitio. La realización de la Verdad más elevada tiene que producirse aquí, y la manifestación de la Verdad, la Verdad más elevada, la Verdad última, tiene que producirse aquí, en la tierra.Un buscador genuino, un buscador sincero, es un héroe divino. Tiene que luchar contra la abundante oscuridad y tiene que cumplir la Voluntad de Dios aquí en la tierra. De lo contrario, la tierra seguirá siendo la tierra y el Cielo seguirá siendo el Cielo; seguirá habiendo siempre una gran diferencia entre la tierra y el Cielo. Esta tierra nuestra debe ser transformada en el Cielo, en un lugar de Alegría, Paz y Deleite.
No debemos negar el cuerpo. Los Maestros espirituales de la India que no se ocuparon del cuerpo en absoluto decían: «Mediten, permanezcan en el otro mundo, realicen a Dios y entonces abandonen el cuerpo». Pero si amas a Dios y realmente quieres servir a Dios, aquí en la tierra está la oportunidad dorada de manifestar y colmar a Dios. Si alcanzas tu realización y Le dices a Dios: «No quiero trabajar para Ti. Estoy cansado, exhausto, totalmente exhausto; ahora quiero descansar», tal vez Dios te permita tomar un descanso. Sin embargo el verdadero héroe divino dirá: «He trabajado duro, pero ahora quisiera ofrecerle al mundo en general los frutos de mi realización». Entonces Dios dirá: «Trabaja en la tierra. Hazlo».
Nuestro sendero es el sendero de la aceptación. ¿La aceptación de qué? La aceptación de este mundo material. Mientras opera en la materia, el Espíritu tiene que entonar el canto de la Inmortalidad. La vida material y la vida espiritual deben discurrir juntas. La vida material puede ser perfeccionada únicamente atendiendo a los dictados internos del alma. Tenemos que aceptar el mundo tal y como es, pero no debemos pensar que el mundo ha completado su tarea. No, ni mucho menos. Tenemos que trabajar y trabajar para la conciencia terrestre. Tenemos que librarla de las limitaciones, imperfecciones, ataduras e ignorancia.