¿Es limitado el poder de Dios?
El otro día, un joven amigo me preguntó por qué Dios no había hecho todavía al mundo entero espiritual, después de tantos miles de años. «¿Es limitado el poder de Dios?», me preguntó. «¿No elige Él hacer el mundo espiritual?». He de decir que el Poder de Dios es ilimitado, pero que somos nosotros quienes no queremos volvernos espirituales; es decir, la tierra no quiere la Luz de Dios. Dios es sabio, infinitamente más sabio que nosotros. Alguien con menos poder que Dios puede forzar a otro individuo a hacer algo que no quiera; pero Dios no fuerza a nadie a hacer algo. Él siente que si emplea la fuerza, entonces no podemos obtener la Alegría última. Puedes forzar a alguien a que coma, pero internamente esa persona te maldecirá. Dios solamente dice: «Hijo mío, por tu bien, te estoy diciendo que comas esto. Si tomas esta comida, estarás bien alimentado. Entonces serás fuerte y podrás luchar contra la ignorancia». Dios ofrece Su Luz, Su alimento interno, pero no fuerza a nadie a aceptarlo. Esta es Su política. Dios ve el pasado, el presente y el futuro. Sabe que lo correcto es ofrecernos constantemente Su Sabiduría y Su Paciencia infinita. Los seres humanos no tienen paciencia, y sienten que al golpear a su hijo, al forzarlo, están haciendo lo mejor. Pero cuando ese niño crece, a cambio, solo querrá golpear a sus padres. Ahora mismo es inocente, está indefenso. Si el padre golpea a su hijo, el niño recordará el incidente. Puede que abandone el hogar a una edad temprana y no quiera saber nada de sus padres. O, al llegar a la adolescencia, devolverá golpe por golpe: tú me golpeaste, ahora te golpearé yo. Esto es lo que sucede cuando los padres humanos utilizan mal su poder. Pero Dios el Padre no actuará así; Él únicamente mostrará abundante Compasión, infinita Compasión. Entonces, a cambio, el hijo finalmente ofrecerá agradecimiento infinito a Dios por mostrarle Su infinita Luz-Compasión. El hijo recibirá esta Luz e intentará hacerse digno de su Padre. Cuando la Compasión actúa, cuando la Luz actúa, entonces la Sabiduría actúa. Si ofreces a alguien sabiduría, dentro de diez o veinte años, esa persona también querrá ofrecerte sabiduría cuando la haya alcanzado. Dios jamás dará nada a destiempo. Sería como arrancar el fruto verde de un árbol pensando que estará delicioso. Si lo comes antes que haya madurado, su sabor será deplorable; siempre has de esperar a que madure. De modo similar, si alguien está profundamente dormido y tú vas a decirle que ya es hora de que despierte, sencillamente te dará una patada y te sentirás miserable. Te dirá: «¿Qué haces? Para ti está muy bien levantarte. Haz lo que quieras. Para mí es hora de dormir». Dormir es lo que le está dando alegría. En ese momento no tienes autoridad. Observa la autoridad de un juez del Tribunal Supremo cuando está en su despacho. Por otra parte, cuando esa misma persona está con su familia, no puede ejercer esa clase de autoridad. Su propio hijo no le hará caso. Tal vez le pida que traiga un vaso de agua y su hijo no lo haga. El juez del Tribunal Supremo y el padre son una misma persona; cuando está en la corte, la nación entera le hace caso, mientras que, en su casa, sus propios hijos no le hacen caso. En el Cielo, el Supremo es realmente lo Más Elevado y, al mismo tiempo, está trascendiéndose constantemente a Sí Mismo. El Supremo tiene esa clase de poder supremo en el mundo interno. Pero cuando quiere operar aquí en la tierra con Sus niños, Él tiene infinita Paciencia, Él deviene uno con su ignorancia. Él dice: «De acuerdo, si me queréis desobedecer, si queréis jugar este tipo de juegos tontos, dejadme jugar también un poco con vosotros». Puedes preguntarte cómo manifiesta Dios Su Poder en el hombre. Deseo decir que Él no solo manifiesta el Poder sino todas Sus otras cualidades a través del Amor. Dios emplea el Poder, pero prefiere manifestarse a través del Amor, el Afecto y la Compasión.
Sri Chinmoy, Más allá-dentro (Una filosofía para la vida interior), Agni Press, 1975