Pregunta: ¿Qué significa realmente la realización de Dios?

Sri Chinmoy: La realización de Dios —o siddhi— significa autodescubrimiento en el sentido más elevado del término. Uno realiza conscientemente su unidad con Dios. Mientras un buscador permanezca en la ignorancia, sentirá que Dios es otro, alguien con infinito Poder, mientras que él, el buscador, es la persona más débil sobre la tierra. Pero en el momento en que realiza a Dios llega a saber que él y Dios son absolutamente uno, tanto en la vida interna como en la vida externa. La realización de Dios significa la identificación con el Ser absolutamente más elevado en uno mismo. Cuando uno puede identificarse con su propio Ser más elevado y permanecer en esa conciencia para siempre, cuando uno puede revelarla y manifestarla a su propia orden, eso es la realización de Dios. Ahora bien, has estudiado a Dios en los libros, y otros te han dicho que Dios está en todas las personas, pero no has realizado a Dios en tu vida consciente. Para ti, todo eso es especulación mental. Pero cuando alguien ha realizado a Dios, sabe conscientemente lo que Dios es, la apariencia que tiene, y lo que Él quiere. Cuando alguien alcanza la autorrealización permanece en la Conciencia de Dios y habla con Dios cara a cara. Uno ve a Dios tanto en lo finito como en lo Infinito; ve a Dios tanto en el aspecto personal como en el impersonal. Y en este caso, no se trata de alucinación mental o imaginación; es realidad directa. Esta realidad es más auténtica que el hecho de verte aquí, justo delante de mí. Cuando uno habla con un ser humano siempre hay un velo de ignorancia: oscuridad, imperfección, incomprensión. Pero entre Dios y el ser interno de quien Lo ha realizado no puede haber ignorancia ni velo de ningún tipo. En ese momento uno puede hablar a Dios más claramente, más convincentemente, más abiertamente que a un ser humano. Como seres humanos ordinarios, sentimos que la Paz infinita, la Luz infinita, la Dicha infinita y el Poder divino infinito son pura imaginación. Somos víctimas de dudas, temores y fuerzas negativas que consideramos bastante normales y naturales. No podemos amar nada puramente, ni siquiera a nosotros mismos. Estamos en lo finito peleando y luchando, y no hay tal Paz, Luz o Dicha en nosotros. Pero, quienes practican la meditación profundizan en lo interior y ven que hay Paz, Luz y Dicha reales. Obtienen fortaleza interna sin límite y ven que la duda y el temor pueden ser desafiados y conquistados. Cuando alcanzamos la realización de Dios nuestra existencia interna está rebosante de Paz, Equilibrio, Ecuanimidad y Luz.