Capítulo VIII: El Infinito imperecedero

Brahman es el Infinito Imperecedero. Otro nombre para Brahman es Aum. Aum es el Creador. Aum es la creación. Aum está en la creación. Aum está también más allá de la creación.

Este capítulo comienza con un aluvión de preguntas muy significativas. Brahman, adhyatma, karma, adhibhuta, adhidaiva, adhiyajna, ¿qué son? El Señor contesta: «El Absoluto Imperecedero es Brahman. Adhyatma es el Conocimiento autorevelador de la Naturaleza primigenia de Brahman. Karma es el nacimiento de la actividad natural y normal. Adhibhuta es la manifestación material perecedera. Adhidaiva es el conocimiento de los Seres Resplandecientes. Adhiyajna es el sacrificio que hago con el fin de unir la manifestación de formas finitas con Mi Vida infinita».

Krishna afirma que la autorrealización o la realización de la Inmortalidad debe ser lograda durante la vida en el cuerpo y no en otro sitio. Del mismo modo que cada ser humano crea limitación, imperfección y servidumbre, también es capaz de trascenderlas. Finalmente, entrará en los planos de la plenitud, la perfección y la libertad.

Nuestra existencia es el resultado de una existencia previa. Esta tierra nuestra es el resultado de una tierra que existió antes. Todo está evolucionando. La esencia de la evolución es un movimiento interno y externo. Este movimiento o cambio ocurre incluso en el mundo de Brahma. Aún habiendo alcanzado el mundo de Brahma, uno no puede escapar de las redes del renacimiento. En verdad, nuestros días y noches terrenales no son sino un segundo infinitesimal en comparación con los días y noches de Brahma. Un millar de eras respiran en un solo día de Brahma y en una sola noche de Brahma.

Es inútil tomar refugio en nuestros días y noches terrenales, pues son pasajeros. Inútil también tomar refugio en los días y noches de Brahma, pues tampoco son eternos. Podemos, debemos y tenemos que tomar refugio solamente en el Corazón eterno del Señor Krishna, que es nuestro más seguro refugio, donde no hay necesidad de día, ni de noche, ya que Su Corazón es la Luz de la Infinitud y la Vida de la Eternidad.

Nada más necesitamos, salvo devoción. Nuestra elección suprema es la devoción. Nuestro corazón de devoción responde a Su Corazón de Amor. Dice Él: «Solo la firme devoción tiene el acceso libre y directo a Mi Vida inmortal, a Mi Verdad absoluta».

Lo que hay dentro, tarde o temprano se manifestará fuera. El poseedor de pensamientos divinos también será el hacedor de hechos divinos. Solamente a un hombre dedicado y aspirante le es posible pensar conscientemente en Dios mientras abandona el escenario terrestre.

Krishna nos relata cómo entra un yogui en lo Último después de haber dejado su envoltura mortal. «Sus sentidos se hallan bajo control. Su mente está situada en el corazón. Medita en Mí. Fervorosamente canta Aum. Entrega el prana, el hálito de vida, y entra en la realización última en Mí».

Sri Chinmoy, Comentario del Bhagavad Gita: el Canto del Alma trascendental, Rudolf Steiner Publications, Blauvelt, New York, 1971