Cómo vivir en dos mundos6
Si puedo evitar que un corazón se rompa,no viviré en vano;
Si puedo aliviar el dolor de una vida,
o calmar un sufrimiento,
o ayudar a un petirrojo desmayado
a volver al nido,
no viviré en vano.
— Emily Dickinson
Mis queridas hermanas:
He venido aquí para serviros. Debo servir. Si puedo servir aunque sea a una sola entre vosotras en su cometido de autodescubrimiento, no habré vivido en vano. No, mi vida en la tierra habrá encontrado su propósito y significado. Tenéis todo el derecho a ser devotas estudiantes en este colegio inigualable en los Estados Unidos. Y hoy Dios me obsequia con una oportunidad incomparable de descubrir en vosotras un corazón aspirante.
Sarah Lawrence College es para mujeres, como todos sabemos. Quisiera decir unas palabras sobre las mujeres hindús. Yo vengo de India, y estoy seguro de que sabéis que yo soy hindú. Una mujer hindú es la personificación de la santidad, la devoción y la fe. La pureza es el guión entre su vida y sus actos. Por la educación intelectual no se preocupa. Su corazón implora la educación interna, la educación del alma. Esto no es ninguna hipérbole. Su vida de sacrificio espontáneo e incesante es el alma de la raza hindú. En el pasado remoto, fue una mujer india, Maitreyi, quien dijo a su esposo, Yagnyavalkya, el sabio sin par de los Upanishad, que nada la satisfaría excepto la Inmortalidad.
Cuando dijo Inmortalidad, no quería decir la prolongación de su existencia física por millones de años. Ella se refería a que quería la conciencia inmortal, la conciencia de la Inmortalidad, dentro y fuera.
Hay dos mundos: uno es el mundo de la verdad, otro el de la falsedad. Cuando la verdad y la falsedad discrepen, ¿quién decidirá? La aceptación, su aceptación mutua. La verdad aceptará a la falsedad para iluminar la vida de la falsedad. La falsedad aceptará a la verdad para manifestar el espíritu de la verdad.
Dos mundos: uno es conocido como aceptación, el otro como rechazo. Con mi gratitud más profunda acepto lo que Dios tiene para mí: la iluminación. Con firme determinación rechazo lo que el mundo tiene para mí: la frustración.
Dos mundos: condición y situación. La condición dice: «Dios da cuando tú das.» La situación dice: «Tú estás desvalido. Sólo Dios puede dar y da.»
Mi Dios tiene dos nombres: Deleite y Compasión. En el mundo interno, Lo llamo por el nombre de Deleite. En el mundo externo, Lo llamo por el nombre de Compasión.Mi Dios tiene dos almas. El alma que tiene en el mundo interno encarna Su Sueño. El alma que tiene en el mundo externo revela Su Realidad.Mi Dios tiene dos cuerpos. Su cuerpo externo es mi inspiración. Su cuerpo interno es mi emancipación.
El Cielo y el infierno representan dos mundos en nuestra conciencia. El Cielo sorprende al infierno con su alegría sin límite. El infierno sorprende al Cielo con su llanto incesante.El Cielo le dice al infierno: «Yo sé bailar y puedo enseñarte si quieres.» El infierno le dice al Cielo: «¡Estupendo! Tú sabes bailar y estás dispuesto a enseñarme. Pero quisiera decirte que yo sé cómo quebrar mis piernas y puedo quebrar también las tuyas si quiero.»
La ciencia y la espiritualidad son dos mundos diferentes. La ciencia quiere acortar distancias. La espiritualidad quiere unir distancias. Para mí, ninguna es suficiente. Mi visión es divinizar y transformar la distancia.
Oriente y Occidente: dos mundos. Debemos unirlos. La conciencia despierta de la humanidad está tendiendo visiblemente hacia lo Divino. Este es un rayo de luz sumamente esperanzador en medio de las circundantes oscuridades de hoy. Este es un momento, no meramente de unir nuestras manos, sino de unir nuestras mentes, corazones y almas. Atravesando todas las barreras físicas y mentales entre Oriente y Occidente, muy por encima de los patrones nacionales e individuales, ondeará el supremo estandarte de la unidad divina.El mundo externo es el mundo de la mente razonadora. El mundo interno es el mundo de la experiencia. El mundo externo encuentra difícil creer en la existencia de Dios. Pero en el mundo interno la existencia de Dios tiene siempre gran importancia. Sri Aurobindo dijo:
EL 6. Sarah Lawrence College, Bronxville, Nueva York, 14 de enero de 1970↩