67.

Mi dulce Señor,
¿me echas de menos alguna vez?

“Te echo de menos,
te echo de menos siempre, Mi niño.”


¿Me echas de menos?
¡Increíble!

¿Me echas de menos siempre?
¡Imposible!

“Te echo de menos, Mi niño,
cuando Me haces sentir
que estás un poco por debajo de Mí.
    ¡Te echo de menos siempre
cuando entro en el corazón
de la ingratitud de Mi creación!”