68.

Mi Señor, esta vez Te haré una pregunta aunque, claramente y obviamente, conozco la respuesta.

“Está bien, Mi niño, pero estoy ansioso por conocer tu pregunta y tu respuesta.”

Mi pregunta es: ¿Caes alguna vez enfermo como yo?
Mi respuesta inmediata es: Tú nunca enfermas.

“Mi niño supremamente insensato, te equivocas totalmente.
De vez en cuando caigo enfermo.”

¡Caes enfermo!
No me mientas así.
Por el amor de Dios, dime ¿cuándo enfermas?

“Mi niño, caigo enfermo cuando Me amenazas con que ya no trabajaras más para Mí en la tierra.
Caigo enfermo cuando, prematuramente, no deseas participar en Mi Juego Cósmico.
Caigo enfermo cuando no le dices al mundo que tú y Yo nos necesitamos urgentemente uno a otro.
Caigo enfermo en cuanto tu boca turbia e imposible Me dice que no Me mereces.”