Pregunta: ¿Cómo se puede vencer el apego cuando se tiene un gran corazón y se quiere ayudar a la gente?
Sri Chinmoy: Si tienes un gran corazón y quieres ayudar a cientos de personas, debes recordar a quién pertenecen esas personas. No te pertenecen, pertenecen al Supremo. Puesto que son Sus posesiones, tienes que asegurarse de que el Supremo quiere que las ayudes. Si las quieres ayudar sólo para demostrar tu capacidad externa, el único resultado significativo será un aumento de tu orgullo y vanidad. Pero si Dios te ha encomendado la tarea, Él puede darte el corazón y la capacidad no sólo para ayudar a cien o doscientas personas, sino a millones de personas a la vez. ¿Cómo puedes estar desapegado si tienes un gran corazón? Si es la Voluntad de Dios que debas ayudar y Él te ha dado alguna capacidad, alguna iluminación, alguna sabiduría y luz interior, entonces te será fácil estar desapegado. Pero si tu deseo de servir al mundo no es la Voluntad de Dios, si proviene inconscientemente de tu vital, entonces vas a estar apegado. Si tu deseo de ayudar a los demás proviene conscientemente del vital, entonces sabrás que tu deseo de ayudar a la gente es sólo para obtener aprecio, admiración y fama. Muy a menudo la gente no conoce la diferencia entre el corazón y el vital, porque el vital está cerca del corazón. El corazón espiritual está en el centro del pecho y el vital está en el ombligo y más abajo. Desde el ombligo la conciencia fluye hacia arriba, y la gente piensa que es la conciencia del corazón. La conciencia vital emocional y físicamente impura fluye hacia afuera y la gente piensa que es la conciencia del corazón purificando e iluminando el mundo entero. La emoción vital siempre crea apego, pero la gente está convencida de que es el interés de su corazón. El apego los está matando, pero no entienden lo que es. Piensan que están sufriendo debido al interés de su corazón por los demás. A menos que uno aspire, es muy difícil conocer la diferencia entre el apego vital o el amor vital y el verdadero amor psíquico o el amor divino del corazón. La capacidad de discernimiento llega a través del progreso espiritual gradual. Los Maestros Espirituales pueden notar la diferencia, y los buscadores sinceros que han logrado un progreso considerable también pueden notarlo. Pero otros siempre cometerán un error. En raras ocasiones reconocerán sus emociones vitales, pero la mayoría de las veces sentirán que su corazón puro les está haciendo sufrir. A veces, cuando sentimos que estamos más que preparados para ir e iluminar al mundo, nuestra preparación no es preparación en absoluto. Lo que llamamos preparación, a los ojos de Dios, puede ser nuestra manera egoísta de imaginar nuestra propia grandeza. En ese momento, iremos de un extremo a otro de la tierra ofreciendo nuestra luz, pero esta luz no será verdadera luz; es todo el ego humano viniendo directamente del mundo vital. Por eso tenemos que ser muy cuidadosos. La verdadera preparación solo existe cuando Dios nos dice que hagamos algo, porque Dios puede ver cuándo estamos realmente listos. Cuando estemos listos, Dios hablará a través del Maestro y nos dirá que estamos listos. Solo entonces puede la riqueza del corazón ofrecerse a la humanidad de una manera divina. Así pues, profundiza siempre en tu interior y espera a que la luz interior o el Maestro te guíe y te dé órdenes. Cometerás un error si piensas que tienes la capacidad de servir al mundo divinamente, pero que no estás teniendo la oportunidad de utilizarla. Utiliza primero toda tu capacidad para realizar la Verdad más elevada. Cuando hayas realizado esta Verdad, encontrarás en lo más profundo de ti a Uno que te dirá cuándo ha llegado el momento de que difundas tu luz ayudando al mundo. En ese momento, nunca estarás apegado. Sentirás que te estás volviendo conscientemente uno con tu otra parte y tendrás la capacidad de transformarte en esta parte más grande. Mientras no tengas esta capacidad, cuando des algo a otra persona, siempre sentirás que eres superior, que ella es un mendigo y tú eres un príncipe. Pero cuando estás iluminado y has recibido la orden de Dios de ayudar a los demás, verás a la otra persona como tu propio ser extendido. En ese momento no habrá sensación de separatividad, sólo unidad y expansión. Cuando hay unidad total, no hay apego. Es el sentimiento de dualidad lo que crea el apego. En el océano infinito hay millones de olas, pero todas ellas son parte integrante del océano. Los millones de olas son la expresión, la revelación, la manifestación del océano. Aquí no hay dualidad ni apego; todo es unidad.
Sri Chinmoy, Mente de confusión y corazón de iluminación, vol. 2, Agni Press, 1974