Pregunta: Si la meditación le da un sentimiento tan maravilloso, ¿por qué no permanece en su altísima meditación las veinticuatro horas del día? ¿Por qué viene aquí a dar una conferencia, por ejemplo?
Sri Chinmoy: ¿Qué hace uno cuando ha estado estudiando durante un buen número de años y ha obtenido su doctorado? Comienza a enseñar. En mi caso, mi Padre eterno me ha dado un corazón grande. Yo sé cómo sufrí para llegar a realizarle; yo sé que clase de angustias y agonías pasé para realizar lo Altísimo. Ahora estoy viendo esas angustias en mis hermanos y hermanas. Ellos están sufriendo como yo lo hice. En otro tiempo, yo también me regocijaba en los placeres de la ignorancia. Ahora veo que esa misma cosa le está pasando a ellos. Puesto que Dios, por Su infinita Magnanimidad, me dio Amor, Luz y otras cualidades divinas, déjame ofrecerlas a esa parte de la sufridora humanidad que clama por ellas. Yo no soy para el mundo entero. Solo soy para aquellos que quieren de mí la Luz. Si Dios quiere que sirva a mis hermanos y hermanas que realmente necesitan luz, al servir a la humanidad estoy complaciendo a Dios.Un alma que ha realizado a Dios es la que quiere complacer a Dios a la manera propia de Dios. Puesto que Dios quiere que yo realice un servicio para los seres humanos aspirantes, eso es lo que me da la mayor alegría, y no el permanecer en mi conciencia más elevada, lo cual podría hacer fácilmente. Muy a menudo muestro esa conciencia a mis discípulos y estudiantes durante nuestras meditaciones. Ellos lo han visto a menudo. Pero si permanezco en esa conciencia todo el tiempo, ¿quién derivará de mí algún beneficio? Eso sería actuar como egoístamente. Tengo la riqueza, pero la guardo toda para mí, entonces ¿qué beneficio es ese para el mundo necesitado? Si la empleo para los demás que la necesitan desesperadamente, solo entonces estará Dios complacido conmigo. Esas personas necesitan a Dios, y Dios también las necesita. Yo soy el intermediario. Yo acudo a Dios con las manos juntas porque Él tiene algo que ofrecer. Yo tomo lo que Él tiene y con las manos juntas se lo ofrezco a la humanidad. La humanidad también tiene algo para ofrecer. Está ofreciendo su ignorancia. Yo sencillamente intercambio la ofrenda de Dios: la Luz, por la ofrenda del hombre: la ignorancia.
—Sri Chinmoy