Voluntad

Voluntad soy yo mismo. Voluntad es mi Ser. Mi voluntad es absolutamente de Dios y solo de Dios.

Según es mi voluntad interna, en el campo de la realización, así es mi vida externa, en el campo de la manifestación.

Para la duda de mi mente, nada es real. Para la voluntad de mi corazón, todo es real. Conquistar mis dudas es crecer dentro del respirar de mi voluntad.

No temo a mis emociones y frustraciones. Mis emociones y frustraciones viven en mi voluntad entregada a Dios y siempre se regocijarán en Su diamantina Voluntad.

Cuando mi voluntad interna energiza mi existencia externa, todos mis imponderables infortunios y penosas angustias se desvanecen como humo en el aire.

La duda quiere marchitar mi mente.
El miedo quiere aniquilar mi corazón.
La ignorancia quiere velar mi alma.

La aspiración quiere iluminar mi vida.
La entrega quiere completar mi vida.
La voluntad quiere inmortalizar mi vida.

Mi voluntad terrenal tiene siempre un principio y un fin. Mi voluntad Celestial no tiene principio ni fin. Siempre ha sido y siempre será la misma. Mi voluntad es la Morada de la Verdad en la Eternidad, construida sobre la roca de la Visión-en-la-Realidad de Dios y la Realidad-en-la-Visión de Dios.