¿Cómo podemos reforzar nuestra fe interna en Dios cuando estamos sitiados por los desalientos en nuestra vida cotidiana?

Por favor, intente sentir a partir de ahora que existe Alguien a su alrededor que no quiere nada de usted excepto alegría. Hay Alguien que quiere que usted siempre nade en el Mar de la Alegría y el Deleite. Si puede usted permanecer en estado de alegría –no me refiero a la alegría externa de ir aquí y allá, juntarse con la gente, comprar cosas materiales– sino que si puede tener alegría real y plenitud interna, automáticamente tendrá fe en Dios.

Cuando estamos preocupados o tenemos miedo de algo, inmediatamente intentamos crear una especie de fe autoimpuesta en Dios. Esta no es la verdadera fe. Cuando estamos en peligro, decimos: “¡Dios, sálvame, sálvame!” Pero decimos esto sólo para apartar el peligro. Es una escapatoria. Esta clase de fe no es duradera.

Todo se halla dentro de la persona, tanto la alegría como la plenitud. ¿Pero quién es el poseedor de esta plenitud interna? Dios. Nosotros simplemente somos Sus devotos instrumentos. Cuando sentimos alegría interna espontánea como parte integral de nuestra vida y sentimos su origen, podemos entonces tener fe en Dios, el poseedor de la Alegría infinita. A partir de ahora, por favor, intente sentir su propia alegría interna y la fe vendrá a usted espontáneamente. Respecto a sus frustraciones externas, por favor no intente unirlas con su alegría interna. Por favor, separe su alegría interna de los acontecimientos externos. Sólo entonces podrá fortalecer su fe en Dios.