¿Hace el alma demandas a la persona de modo que ésta tenga que cambiar sus maneras?

El alma no hace demandas como tales. No es como una madre exigiendo a su hijo en cada momento diciéndole: “Te digo tal y tal cosa por tu propio bien”. Lo que hace el alma es enviar una inspiración divina; esta inspiración suele ser a veces tan viva y espontánea, que la persona puede sentirla casi como una imposición interna que su ser interno hace sobre su personalidad externa. Pero el alma no demanda; al contrario, simpatiza con los fallos y las imperfecciones humanas e intenta identificarse con esos fallos. Y entonces, con su Luz interna, trata de ayudar a la persona a cambiar sus maneras.